El mundo del ferrocarril, para el que realmente le gusta, es verdaderamente apasionante. Lo que para muchos es una actividad de transporte de mercancías o pasajeros, para otros es una verdadera pasión que, en ocasiones, pueden convertir en su modo de ganarse la vida.
Es el caso del burgalés, Fernando Díez, técnico de circulación ferroviaria en Ineco, ingeniería adscrita al Ministerio de Transportes y un auténtico prodigio con los lápices de colores en la mano. «Empecé hace casi 30 años dibujando todo tipo de locomotoras que ha tenido el ferrocarril en España», explica Díez.
Lo que al principio era un simple pasatiempo con el que se entretenía en los ratos muertos se ha terminado convirtiendo en un excelso libro con ilustraciones a todo detalle hechas a mano. Buena parte de 'culpa' la ha tenido Sergio López, director general de Redalsa, filial industrial del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias, que le animó a recoger todas sus creaciones en un libro.
De ahí nació 'La Ilus-tracción ferroviaria española', un volumen editado para conmemorar los 50 años de la compañía y que cuenta con el prólogo de la -por aquel entonces- presidenta del Adif, María Luisa Domínguez. Las más de 200 creaciones que se recogen en este libro llevan aparejado un tremendo trabajo previo por parte de Díez. «Aunque los dibujos estén hechos en pequeño formato, es una tarea muy intensiva y con mucho detalle, no tanto a la locomotora como a los colores elegidos», apunta.
El paisaje de fondo que acompaña a cada máquina, además, no es inventado, sino que está ambientado en diferentes estaciones o instalaciones de ferrocarril. De este modo, se pueden observar las terminales de Aranda, Fontioso o el paso figurado tren minero por la trinchera de Atapuerca, entre otras muchas. «Cada tren está en su entorno a diferencia de otras publicaciones», defiende.
Cada ilustración reflejada en el libro viene acompañada de una completa ficha técnica en la que se detalla el nombre de la locomotora, el peso o distintas características operativas. «Del material más moderno tenemos muchos más datos que del que circuló por España a mediados del siglo XIX», reconoce. Para no dejar ningún cabo suelto, Díez realizó un exhaustivo trabajo de investigación en multitud de publicaciones antiguas.
El primer ferrocarril que circuló en territorio español, allá por 1837, fue tal y como explica el autor en Cuba. Por aquel entonces la isla era de titularidad nacional, por lo que hubo que esperar un año para que entrara en servicio la línea Barcelona-Mataró. «Cuando empecé nunca me imaginé que la profusión de modelos iba a ser tan prolífica. Me ha desbordado», admite.
El también burgalés Sergio López, amigo de Fernando Díez, ha sido el promotor de la publicación. «Es un auténtico artista. Estamos muy contentos con el resultado final», destaca sobre la obra que, de momento, no saldrá a la venta aunque sí intentarán que esté accesible al público.