El Monasterio de Rioseco estrena párking y será más accesible

A.C. / Rioseco
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La fundación ha adquirido 2 hectáreas, que este verano solo se desbrozarán, en las que prevé invertir 100.000 euros para evitar el estacionamiento de los visitantes en la carretera del Valle de Manzanedo

En primer plano, el palacio renacentista, y al fondo, la torre del Abad tras su restauración (izquierda), y con el aspecto del pasado otoño, a la derecha. - Foto: A.C.

La Fundación del Monasterio de Santa María de Rioseco se ha hecho tras arduas negociaciones con dos hectáreas de terreno, de las que la mitad se convertirán en aparcamiento para los visitantes. La finca, dividida por una pequeña masa de bosque que se respetará, dará la posibilidad de habilitar junto a la entrada al cenobio un pequeño estacionamiento para personas con movilidad reducida, que hasta ahora tenían grandes dificultades o sencillamente no podían subir por el ahora único camino. El resto de los vehículos accederán a la parte baja del estacionamiento por la carretera de San Martín del Rojo.

La fundación -y antes el colectivo Salvemos Rioseco- llevaban años detrás de esta nueva infraestructura, que se hacía cada vez más necesaria por el gran volumen de visitas que suma el monasterio. La urgencia se hizo aún mayor desde que el pasado mes de marzo se instalaran señales de prohibido aparcar en los arcenes de la carretera provincial que atraviesa el Valle de Manzanedo y donde la mayoría de los visitantes dejan sus coches para subir andando al monasterio.

Los trabajos de desbroce de la parcela ya se están realizando para que este verano se pueda estacionar de modo provisional. En la parte de arriba se habilitará espacio para unas 10 plazas y en el de abajo para unas 20. De momento, quienes dejen abajo los coches, deberán salir de nuevo a la carretera de Manzanedo y subir el camino.

Pero el proyecto de adecuación y asfaltado del aparcamiento incluye unas escaleras de madera por el monte que facilitarán el acceso peatonal evitando la salida de personas a la carretera y así cualquier riesgo de accidente, como destaca el presidente de la fundación, Juan Miguel Gutiérrez. El anteproyecto de la fundación cuantifica la inversión necesaria en cerca de 100.000 euros que buscarán en las diferentes administraciones. Mientras llegan los fondos, se tramitarán cuestiones de carácter urbanístico y se presentará el proyecto ante Patrimonio  para lograr su autorización. Parte del terreno adquirido también podría convertirse en parte en el futuro en zona de acampada o de picnic, aunque aún no hay tomada ninguna decisión.

Además de las más de 5.000 personas que disfrutan con visitas guiadas del monasterio, cada verano el programa cultural atrae a otras muchas. Seis conciertos más el Festival Vive Rioseco componen la oferta de julio y agosto y aunque se fletan autobuses desde Villarcayo, muchos asistentes siguen usando sus vehículos privados. Ahora tendrán aparcamiento.

Ya no se caerá la torre. Mientras, la primera fase de las obras de consolidación de los restos del palacio renacentista y la torre del Abad llega a su fin estos días. Desde abril, la fundación ha afrontado una inversión de 171.000 euros con los que se han cosido grietas, asegurado muros con cinchos, rematado las cornisas o restaurado el arco sobre el antiguo camino. Tras el verano y una vez obtenido el permiso de Patrimonio comenzará la segunda fase de los trabajos, dotada con otros 110.000 euros, durante la que se instalará una estructura que imitará el volumen de la torre, en la que ahora solo queda una fachada completa y parte de otras dos. Estará confeccionada en madera, mientras que la escalera que dará acceso al mirador de la azotea será metálica. La Junta de Castilla y León aporta 270.000 de los 281.000 euros que cuestan las obras.