Los agentes de la Guardia Civil de Tráfico que dieron el alto a un transportista que circulaba por la AP-1 hablando por el móvil no podían imaginarse que esa infracción iba a ser la más leve que iban a detectar en esa intervención. El conductor del camión, de origen alemán, les presentó un carné ucraniano falso. Al registrarle la carga, le encontraron ocultos en los sofás que portaba 14 paquetes de marihuana. En total, 13 kilos de droga que le acarrearon una condena de tres años y ocho meses de prisión.
Los hechos se remontan al 19 de mayo del año pasado. Una patrulla se percató de que A.R.P., de nacionalidad alemana y 30 años de edad, circulaba con un IVECO Daily por el kilómetro 24 de la AP-1 hablando por el teléfono móvil. Los agentes le dieron el alto para comunicarle la sanción. Al requerirle su documentación, el ahora condenado les presentó un carné de conducir y un pasaporte ucranianos a nombre de otra persona, pero con su fotografía. Los documentos levantaron de inmediato las sospechas de los agentes, que solicitaron la presencia de los especialistas del grupo de investigación GIAT, quienes corroboraron con lupas e instrumentos especiales que no eran auténticos. Es por eso que procedieron a su detención.
Una vez en dependencias de la Benemérita para poder identificarle correctamente, A.R.P. les mostró a través del teléfono móvil un carné alemán. Teniendo en cuenta la situación con la que se habían encontrado los agentes y a las sospechas que la actitud del transportista les había generado, decidieron registrarle la carga sin que él se opusiera.
En la inspección, los guardias civiles encontraron en el interior del vehículo veinte sofás embalados. En dos de ellos, descubrieron ocultos 14 paquetes de marihuana que arrojaron un peso de más de 13 kilos que habrían alcanzado en el mercado ilícito un precio de 27.000 euros. El juez le mandó a prisión provisional y el Juzgado de lo Penal número 2 de Burgos le condenó en febrero de este año a tres años y dos meses de prisión por un delito de tráfico de estupefacientes y a otros dos por un delito continuado de falsedad documental. Le absolvió, por su parte, de uno contra la seguridad vial.
A.R.P. recurrió dicho fallo ante la Audiencia Provincial, que lo estimó en parte. De esta forma, le rebajó la condena por falsedad documental a los seis meses, de manera que consideró que no había sido continuado. El resto de la pena la mantuvo de la misma forma. Deberá además sufragar una multa de 108.000 euros.