La implantación de la nueva ordenanza de hostelería está trayendo de cabeza al sector, que desde hace año y medio viene denunciando una situación de incertidumbre por los cambios que introduce, los diferentes plazos para adaptarse a la normativa y la tardanza en conceder las licencias. El hartazgo está llegando a tales extremos que los empresarios convocaron una asamblea extraordinaria de urgencia para valorar la situación y acordaron de forma mayoritaria expresar su malestar con acciones de protesta. La primera, prevista para el próximo día 21, uno de los fines de semana más fuertes de la Navidad, consistirá en dejar de prestar este servicio en sus locales colocando las sillas encima de las mesas como imagen de protesta.
En la reunión, convocada por la Federación de Hostelería, a la que acudieron unos 80 empresarios, quedó patente la complicada situación que viven sus negocios dependiendo de si se han resuelto o no sus solicitudes de licencia conforme a las nuevas exigencias, o si directamente han recibido la negativa por respuesta para instalar las mesas y sillas como lo hacían hasta ahora. «Hay mucho malestar, especialmente por la tardanza en resolver los permisos», lamenta Enrique Seco, presidente de la patronal.
La nueva ordenanza entró en vigor en mayo de 2023 y, posteriormente, se modificó en febrero de 2024 para ampliar el plazo de solicitud de autorización para ocupar el espacio público y también el tiempo de respuesta municipal a favor o en contra. Todo ese periodo de 'gracia' concluyó el pasado 22 de noviembre, fecha en la que todas las terrazas tenían que estar adaptadas a la normativa. Sin embargo, no se ha logrado el objetivo. Al área de Licencias y Servicios del Ayuntamiento llegaron un total de 642 solicitudes de instalación (96 menos de las que había hace un año), de las que tan solo un centenar tienen ya el visto bueno conforme a los nuevos requisitos.
Además, hay otras 187 que no han presentado la documentación requerida y el Consistorio les ha remitido una carta en la que les comunica el cese de actividad y, por lo tanto, estarían obligados a quitar los veladores. Sin embargo y cuando reciben la misiva, acuden al Registro para intentar subsanar la situación. Pero lo que más preocupa al sector es que hay otras 297 pendientes de resolución definitiva. Licencias ha requerido a sus titulares la documentación, unos la han presentado pero de forma incompleta y otros lo han hecho con defectos y, por tanto, no se ha podido proceder a emitir el dictamen final. Es decir, que la propia Administración ha incumplido sus propios plazos de resolución y los hosteleros se encuentran ahora en el limbo.
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