Ejemplos de futuro

H.J.-Marta Fernández / Burgos
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En medio de un panorama general pesimista aún es posible encontrar casos de establecimientos que sí han encontrado relevo, dentro o fuera del ámbito familiar, para continuar con la misma filosofía de negocio

Fernando López, nuevo dueño de Casa Venancio, atendiendo a un cliente. - Foto: Miguel Ángel Valdivielso

A las clientas, por su nombre

La nuera de Charo ha tomado el testigo al frente de la mercería Rosa Mary, en el corazón de Gamonal

Charo García y Lorena Sánchez, suegra y nuera en el mostrador de Rosa Mary.Charo García y Lorena Sánchez, suegra y nuera en el mostrador de Rosa Mary. - Foto: Rodrigo Charo mantiene una máxima: «Hay que aprenderse el nombre de las clientas. Es muy importante establecer un trato personal. Saber de su vida, interesarse por ellas. Es algo que te explican en todos los cursos de ventas y de atención al público». Su experiencia le dice que esos detalles funcionan, y puede hablar con conocimiento porque se ha pasado más de 30 años detrás del mostrador.

Cogió una droguería que se llamaba Rosa Mary en la calle Compostela y, a la vista de que tenía que pagar «un montón de dinero» por cambiarla de nombre decidió mantenerla pese a que su intención era transformarla en otro tipo de negocio, y así ha llegado hasta la actualidad.

La mercería, muy conocida en el entorno, ya no tiene a Charo como titular pero no es un ejemplo de muerte de un negocio sino todo lo contrario. Es el caso opuesto, el de un comercio tradicional que sí encuentra el relevo generacional, en este caso de la mano de Lorena, su nuera.

Mantiene a la clientela de siempre a la que, por supuesto, siguen llamando por su nombre cuando entra por la puerta. Conoce los gustos y las aficiones de cada una de ellas y conserva el cuidado por «las relaciones públicas y la paciencia» que sigue recomendando la ya jubilada. Pero al mismo tiempo han renovado una parte del género, han abierto nuevas líneas de venta y disponen de una página web para el comercio on-line, en la que presumen de ser «una empresa líder» y de no solo vender a través de la red para todo el mundo, sino de seguir cuidando a los burgaleses con la entrega a domicilio.

Charo tiene guardados recuerdos de la mercería como para montar un museo, incluyendo una caja registradora que es una verdadera joya. Y también tiene en mente escribir un libro con las anécdotas del pequeño comercio, que probablemente dará mucho juego. De momento sigue yendo por la tienda «a visitar mi vida», como ella misma confiesa.

Las mejores viandas y el mejor trato

No es de la familia, pero Fernando es fiel al espíritu tradicional que siempre ha caracterizado a Casa Venancio

Son más de cien años los que la tienda de alimentación  Casa Venancio lleva abierta y su regencia se ha ido relevando generación tras generación. En esta ocasión ha sido Fernando López quien en noviembre, tras la jubilación del último de sus dueños (descendiente de Venancio), no quiso desaprovechar la oportunidad de continuar el negocio.

Alejado de las ventas a gran escala y los establecimientos a nivel industrial, Fernando cree que este tipo de atención al cliente tiene que perdurar en el tiempo, y pese a no ser miembro de la familia fundadora vio cómo este negocio le daba la oportunidad de continuar con ese espíritu de comercio tan característico del sector tradicional.

En un principio la tienda se situaba en la plaza de Vega, más tarde en la plaza de la Libertad y actualmente ocupa uno de los locales al final del paseo del Espolón, muy cerca del arco de Santa María y casi escondido entre las terrazas que en los días de buen tiempo animan el entorno.

Fernando es fiel al servicio personalizado, a los productos tradicionales y a las marcas más específicas, por ello trata de ofrecer una atención que continúe con las mejores formas de antaño y nunca dejar de lado el espíritu con el que en su día se abrieron las puertas del comercio.

Ofrece  la posibilidad de entregar pedidos a domicilio y comenta que «es una pena que se haya perdido el trato personalizado y la relación con el cliente a causa de los grandes almacenes y centros comerciales».

Productos habituales en los supermercados los combina con mercancía muy concreta y primeras marcas, factor que le hace marcar la diferencia. El perfil de sus compradores se identifica con los clientes habituales de todo el año pero también se divide con la llegada de turistas en verano que reclaman productos más específicos. Fernando comenta, por ejemplo, que en varias ocasiones «turistas mexicanos han venido buscado una determinada marca de chili».