El comercio denuncia que no se recoge el cartón a la hora

B.G.R. / Burgos
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Califican de «desastroso» el sistema puerta a puerta y alertan de que afecta a la imagen de la ciudad

Los negocios del centro de la ciudad exigen que se "ordene" la retirada de residuos de las calles. - Foto: Iván López

La polémica ha marcado desde su inicio el sistema de recogida de residuos puerta a puerta que arrancó en febrero. Después del malestar mostrado por los sectores afectados, principalmente comercio y hostelería, se llegó a un entendimiento con la empresa adjudicataria (Urbaser) para fijar un calendario con las franjas horarias de retirada de los residuos y así orientar a los empresarios para tratar de que en las calles no se acumulara basura. Sin embargo, tanto la patronal del primer colectivo (FEC) como la agrupación Centro Burgos aseguran que últimamente las quejas de sus asociados por el funcionamiento de este sistema han ido en aumento, sobre todo en lo que respecta a la retirada del cartón, algo de lo que ya habían advertido en marzo dueños de negocios de calles como La Paloma o Laín Calvo.

La presidenta de la Federación de Empresarios de Comercio, Consuelo Fontecha, afirma que la retirada de este residuo en el entorno urbano se está efectuando «fuera de los horarios» fijados, cuando «deberían ser pulcros en su cumplimiento», e, incluso, subraya que en algunas ocasiones no se recoge a diario: «Esto provoca que de alguna manera se esté generando un estado de anarquía sobre el momento más idóneo para sacarlo de las tiendas y esto causa desorden».

Fontecha sostiene que las quejas de los comerciantes al respecto están llegando a la patronal desde antes de las fiestas de San Pedro, situación que se ha trasladado ya al equipo de Gobierno. «Pedimos que se ordene la recogida para que todo el mundo tenga claro cuándo tiene que depositar los residuos», manifiesta. En el mismo sentido, la gerente de Centro Burgos, Belén Marticorena, traslada el malestar de los empresarios y coincide en que «las horas establecidos no se cumplen por parte de la empresa», lo que se traduce en que los cartones permanecen en la calle «diseminados por distintos lugares durante un espacio de tiempo largo».

Volver al anterior modelo. La consecuencia más palpable no es otra que la repercusión negativa en la imagen de las calles de la ciudad, teniendo en cuenta que «estamos hablando del centro histórico y de una zona turística». La opinión generalizada de la junta directiva de la asociación, expuesta en su última y reciente reunión, pasa por la vuelta al modelo anterior, de tal manera que «hubiera unos puntos ubicados estratégicamente donde depositar este residuo» para que la retirada se produjera «de manera puntual y en un horario» y que de esta forma que «el impacto visual en las calles fuera menor».

Las quejas no solo se producen en el entorno urbano sino que se extienden y acrecientan en los políticos industriales, tanto en el de Villalonquéjar como en el Burgos Este, donde aún no se ha implantado el sistema puerta a puerta. Los prometidos contenedores no llegan y los actuales, es un estado muy mejorable, se encuentran abiertos de manera continuada o llenos, teniendo que llamar desde las distintas asociaciones para que procedan a retirar los residuos. A todo ello, la presidenta de la FEC añade que en calles transitadas se depositan restos de obras o de mudanzas fruto de comportamientos incívicos.

«La imagen es deplorable», sostiene, extendiendo la responsabilidad «tanto al que lo tira como al que tiene que recogerlo porque esto no puede ser una escombrera».

El presidente de la Asociación de Empresarios del Polígono Burgos Este, Fernando de Santiago, insiste en la importancia del cuidado de las zonas industriales y afirma que ya ha mantenido contactos con el nuevo equipo de Gobierno para concertar una reunión. Se refiere de igual forma al estado del punto limpio, que califica como «un vertedero sin actividad que está costando dinero», algo a lo que también alude Silvia Pereda, responsables de la Asociación del Polígono de Villalonquéjar, quien aboga por encontrar una solución para su reapertura debido a que «son necesarios», especialmente para las pequeñas compañías que no disponen de gestor de residuos.