La campaña de recaudación de fondos a través de la web de Hispania Nostra para restaurar el órgano de la iglesia de Vadocondes se cerraba con una cifra final de 36.755 euros, muy por encima de los 30.000 que se habían marcado como reto. Esa cantidad final se lograba gracias a las aportaciones de 178 personas o familias, entre las que destacan las cuatro que aportan 1.000 euros y las cinco de 500 euros. Estas nueve donaciones tendrán derecho a que aparezca su nombre en uno de los 483 tubos del órgano. El más grande llevará el de Pedro Miguel López, que fue el último sacristán que tocó este instrumento, cuya familia ha querido honrar así su memoria.
Desde los promotores de esta iniciativa apuntan que todavía están abiertos a recibir más donaciones y apoyos, por lo que van a mantener abiertas las cuentas para que esa cifra se pueda incrementar. Otra iniciativa que llega para sumar es la publicación de un libro de 64 páginas en el que se repasan los detalles artísticos e históricos de todas y cada una de las imágenes del retablo y las tallas de la iglesia parroquial vadocondina. Este trabajo es obra de un vecino de la localidad, Pedro Félix García, que va a donar 900 ejemplares a la campaña que se venderán dentro de poco en la iglesia por 10 euros.
Mariano Giménez, sacristán de Vadocondes, confía en que la restauración pueda estar lista antes de la celebración del bicentenario de este instrumento, que data de 1826, obra del burgalés Félix Ruiz. «Tanto Antonio Baciero como Francisca Pellet son los musicólogos que nos están ayudando y nos proporcionarán organistas para preparar conciertos, además de ayudar si hay gente joven en el pueblo que quiera aprender a tocarlo», recuerda el sacristán, con el fin de que no se pierda el uso de este órgano, que lleva mudo más de 50 años.
Este instrumento conserva casi todo su material original, aunque en un estado bastante deteriorado. Ahora, como apunta Giménez, tendrán que esperar la respuesta de las instituciones ya que necesitan su apoyo para llevar a cabo esta restauración, valorada en cerca de 80.000 euros. «Ahora la pelota está en el tejado de las administraciones, el pueblo ya ha demostrado su interés en restaurar este órgano», recalca. Giménez confía en que los trabajos de restauración se puedan acometer y estén listo mucho antes de la celebración del bicentenario, para el que quedan por delante algo más de tres años para llevarla a cabo.