'A río revuelto, ganancia de pescadores', sobretodo si cuando hablamos de 'pescadores' nos referimos a cargos públicos y de 'peces' a la incursión en delitos que tienen que ver con fondos públicos, también reiterada y enfermizamente. Al parecer intentan con mucho ahínco hacerse con todos y es que en época de caos afloran los trucos de trileros.
Hace cuatro marzos nos encontramos en una situación bastante distinta a la que estamos viviendo actualmente. La crisis del covid-19 se llevó por delante, lo primero, vidas humanas y la salud de millones de personas, pero también arrasó con el sustento económico de muchísimas familias.
De un modo u otro todos nos vimos afectados y hay quienes tuvieron que reconducir su vida porque literalmente se encontraron arruinados. En los primeros seis meses de la crisis 207.000 empresas tuvieron que cerrar y se llevó por delante a 323.000 autónomos, el 10% del total.
Por suerte la balanza no se inclinó en negativo para todos ya que durante el año 2019, la empresa del marido de Paula Prado, la actual secretaria general del Partido Popular de Galicia pasó, como por arte de magia, de obtener 66.000 euros en beneficios en ese año a 229.000 en el año 2020 y de uno a 38 contratos a dedo con la Xunta.
Se redactaron varios contratos con conceptos sin detallar y Allwork, que es el nombre de la empresa, paradójico también, aumentó muy considerablemente sus sueldos, dietas y otras remuneraciones a pesar de ampliar la plantilla sólo en un trabajador.
Muy interesante la reacción de la secretaria quien, tras preguntarle por lo ocurrido y lejísimos de dar explicaciones consideró que lo que se intentaba con la investigación era «hacer daño».
Una defensa muy sólida y muy recurrida al parecer, ya que ahora que está abierta la investigación del fraude del noviete de la presidenta de la comunidad de Madrid, esta también niega la mayor y acude al victimismo a pesar de que incluso el propio novio haya asumido su culpa.
Ni Spielberg se monta tan buenas pelis.