El pasado 27 de septiembre el Burgos empataba en El Plantío contra el Granada. Borja Sánchez marcó el 2-2 y permitió sumar un punto al equipo burgalés, un punto que llevaba al equipo a la segunda plaza de la clasificación. Han paso exactamente tres meses y las prioridades del equipo burgalés son otras, metido de lleno en la lucha por la salvación.
¿Qué ha pasado desde aquel 27 de septiembre hasta ahora? No existe una explicación lógica, pero sí unos datos que acabaron con el entrenador cinco semanas después. Tras la derrota en Elche Jon Pérez Bolo fue sustituido por Luis Miguel Ramis. La situación tampoco ha mejorado mucho y el Burgos se ha ido de vacaciones con 26 puntos, cinco por encima del descanso y a siete del play off.
La dirección deportiva del Burgos CF, encabezada por Michu, transformó la plantilla y reforzó sobre todo la zona de ataque con la llegada de Borja Sánchez y, sobre todo, Iñigo Córdoba, dos asistentes perfectos que junto a Sancris , Curro y Dani Ojeda debían marcar goles y asistir a lo s delanteros.
Y así fue durante varias semanas. El equipo comenzó como un tiro y pronto se instaló en las posiciones altas de la clasificación. De hecho en la jornada 7 se situó en la segunda posición después de cuatro victorias, un empate y una única derrota.
Llegó la euforia al club, con un equipo destinado a luchar por el play off. Pero entonces llegó el apagón, un apagón que todavía a día de hoy nadie a sabido explicar.
El Burgos perdió en Almería. Pero no solo perdió los tres puntos. También a Kevin Appin, un futbolista determinante en el centro del campo. Y no era precisamente una lesión de dos semanas. El equipo se quedaba sin su centrocampista titular para el resto de temporada. Y perdió también a Álex Sancris, dos jugadores determinantes para la estructura del Burgos. Comenzó entonces un camino si retorno, y todo empeoró. El Mirandés se llevó el derbi en los últimos minutos y en Albacete el equipo ofreció su peor versión y perdió por 2-0.
La visita del Racing de Ferrol debía dar a una plantilla que comenzaba a mostrar sus carencias defensivas. Empató a un gol y todo lo ganado hasta este momento se quedó en la cuneta.
La derrota una semana después en Elche provocó la destitución de Jon Pérez Bolo y la llegada al banquillo de Luis Miguel Ramis.
La transición no ha sido sencilla. De hecho debutó con tres derrotas consecutivas (Oviedo, Sporting y Racing). Y entonces sí se dispararon todas las alarmas. El equipo llegó a colocarse en puestos de descenso. Frágil atrás y sin pólvora, entró en una situación muy delicada.
El triunfo ante el Eibar, con el gol de Curro Sánchez fue una bendición. Es cierto que una semana después el Burgos perdió en Valencia ante el Levante, pero también lo es que comenzó a demostrar por dónde iba a llegar la mejoría del equipo.
El Burgos necesitaba ser más sólido en defensa y la derrota enValencia supuso un punto de inflexión. Han pasado desde entonces cuatro jornadas y el Burgos se ha reafirmado en una nueva idea futbolísitica, mucho más parecida a Calero que a Bolo. Lo primordial ahora para recuperar al equipo es mantener la portería a cero, hacerse más poderoso a través de la defensa. Y los números son claros. Con tres goles a favor y uno solo en contra ha sumado ocho puntos en cuatro partidos.
Ahora queda toda una segunda vuelta y lo primero será asegurar la permanencia. El resto de objetivos más ambiciosos tendrán que esperar hasta llegar a posiciones más tranquilas.