Nadie dijo que los 60,7 kilómetros del Camino Natural del Santander Mediterráneo entre Castellanos de Bureba y Dosante fueran fáciles de convertir en realidad. Pero su historia, no tan épica como la de la construcción del trazado del ferrocarril que aprovecha, ha sido ciertamente larga. Casi dos décadas han transcurrido desde que se iniciaron los trámites para la redacción del proyecto y la conclusión definitiva y completa de unas obras que la Dirección de Desarrollo Rural del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación comenzó a finales de 2018 y ha confirmado a Diario de Burgos que dio por acabadas y entregadas al Ceder Merindades el pasado 30 de noviembre, cinco años después.
Iban a ser tres los años de duración de los trabajos, pero el remate de los 16 puentes metálicos del trazado, de los que 12 necesitaban tarima para suplantar las vías, fue la china en el zapato de esta obra que a nadie deja indiferente. La colocación de la madera sobre los puentes tuvo que salir tres veces a concurso con parones de hasta seis meses entre un trámite y otro. Pese al retraso acumulado y la subida de los precios de este lustro, el presupuesto final ha menguado. Se anunció una inversión de 5,3 millones que el ministerio, a preguntas de DB, cifra ahora en 5,1.
En cualquier caso, los usuarios habituales y los turistas arrancaban las hojas del calendario el pasado verano esperando que los puentes acabasen de coser un trazado que reúne multitud de atractivos. Es llano y muy accesible y los desfiladeros, como el de la Horadada entre Oña y Trespaderne, o los cortados del tramo final de la Merindad de Valdeporres ofrecen imágenes espectaculares. La Sierra de la Tesla acompaña a quienes la disfrutan entre Trespaderne, Cuesta Urria, Medina de Pomar y Villarcayo, mientras que los cauces de los ríos Ebro, Oca, Nela y Trueba dan muchísimo juego a un trazado único y en el que alcaldes y empresarios tienen puestas muchas expectativas.
En el puente de Cidad de Porres se explica su transformación. - Foto: A.C.Nuria Ortiz, la presidenta del Ceder Merindades, organismo que ha sido el intermediario con el Ministerio en representación de los siete municipios por los que transcurre el trazado, se muestra muy satisfecha con el resultado final. «Creo que se ha hecho un buen trabajo», defiende Ortiz, quien entiende que la pandemia y las subidas de los precios de las materias primas han estado detrás de muchos retrasos en la ejecución.
Hasta hace poco, la empresa Tragsa ha estado realizando los últimos remates y reparaciones, a pesar de que la obra estaba entregada. El Ceder envió al ministerio un informe con propuestas de mejora el pasado 19 de diciembre y en enero se han corregido las deficiencias, según explican desde el Ministerio. Se han sustituido bolardos que sirven para impedir el paso de vehículos y se han retirado pequeños desprendimientos, pero estos problemas se repetirán posiblemente en el futuro y el mantenimiento del trazado va a ser uno de los retos junto con la dinamización y promoción. Problemas como la acumulación de agua en las cunetas, sobre todo, en la zona de Valdeporres, siguen sin resolverse, y el Ceder ha insistido al Ministerio en la búsqueda de soluciones que eviten problemas futuros.
Ocio saludable. La presidenta del Ceder ya observa que para los vecinos de las localidades por donde transcurre la vía verde y para muchos otros de la comarca «es una zona de ejercicio saludable» que disfrutan en su tiempo de ocio. Es difícil recorrerla en solitario. Siempre hay usuarios en algún punto, aunque las cifras se disparan en los puentes y periodos de vacaciones. Muchos amantes de la bicicleta eléctrica, que permite realizar muchos kilómetros sin tanto esfuerzo, se decantan por esta opción para organizar sus vacaciones y recorrer todo el trazado.
Con el nuevo programa de fondos europeos Leader, la presidenta del Ceder anuncia que se trabajará en la dinamización de este itinerario con empresas turísticas. Algunos ayuntamientos, como el de Trespaderne, ha decidido comprar la antigua estación y ya busca fondos Next Generation para transformarla en un complejo turístico, que incluiría un área de autocaravanas, un alojamiento y una cafetería. Mientras, el de Villarcayo también ha decidido iniciar el proceso de compra de su estación con la vista puesta igualmente en su explotación con fines turísticos ligados al recorrido del Santander Mediterráneo.
La inauguración oficial de la vía verde está prevista antes de marzo. Será el final de una larga travesía.