Los dos encubridores del asesinato del escayolista Fernando Javier Martín niegan que el acusado principal se encontrara impedido durante la jornada del crimen. «Cuando llegué estaba lúcido», narra Jonathan G.C., uno de los encargados de sumergir el cuerpo en las aguas del Ebro. Su compañero, Cristian S.A., considera que el autor confeso se encontraba «a tope» tras la ingesta de drogas. Sin embargo, explica que este era «consciente» de lo que había hecho aquel 26 de abril de 2019. Las declaraciones de ambos en la segunda fecha del juicio contradicen la versión del autor material, quien se apoyó en su discapacidad, adicción e inestabilidad para sostener su defensa.
Jonathan G.C. cuenta que el asesino, David D.J., le llamó después de terminar con la vida de Fernando Javier Martín. Ahora bien, según sus palabras, acudió a su casa para «ponerse unos tiros» sin saber nada de lo ocurrido. En ese tiempo que compartieron juntos, supuestamente el confeso ofreció al encubridor grandes cantidades de droga. «A mí me ponía rayas enormes, él se estaba controlando», recuerda. Tras varias horas consumiendo estupefacientes, Jonathan G.C. asegura que bajó al domicilio de la víctima en busca de «un kilo de cocaína» a petición del autor del crimen.
«Abrí la puerta, vi una maceta en el suelo y encontré el cuerpo frío, duro y con los ojos abiertos», describe el encausado. «Me fui corriendo y me dejé las llaves dentro [...] cuando volví a por ellas, no podía abrir y llamé a Cristian», añade. Su compañero en el delito de encubrimiento afirma que también se personó sin conocer nada sobre el crimen. «Me ofrecieron droga, en una hora ya estaba en otra onda y entonces David me dijo lo del cuerpo», explica Cristian S.A. (...).
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