Hace un año los vecinos del Arco del Amparo, en el barrio de Las Huelgas, denunciaron el continuo trasiego de vehículos y furgonetas de reparto por una calle peatonal, tal y como indicaba una señal situada a su entrada, en la confluencia con la calle Reina Leonor, y en la solo se permitían vehículos autorizados, es decir a los que tienen como destino los tres garajes que hay en la misma.
Sin embargo, en la parte izquierda del arco hay otra señal que indica dirección única hacia el monasterio y quizás eso puede inducir a confusión. Los residentes exigieron al Ayuntamiento señales más claras y vigilancia por parte de la Policía Local para frenar lo que consideran una infracción de tráfico. Sin embargo, la sorpresa ha sido cuando hace unos días se ha retirado la señal de peatonal, lo que da carta blanca a la entrada del tráfico rodado.
Se da la circunstancia de que la calle disminuye su ancho a la entrada del arco y las aceras son muy estrechas, lo que obliga a los vecinos a tener que bajar a la calzada cuando salen o entran en sus casas y algunos se han llevado algún que otro susto. La situación se hace más complicada para los usuarios de silla de ruedas o carrito de bebé. «Desde el número 7 al 11 es imposible transitar por la acera en silla de ruedas o un carrito de bebé y es necesario bajarse a la calzada, lo cual es un riesgo, especialmente para las personas mayores. En lugar de vigilar que no se circule han quitado las señales. Los vecinos estamos muy enfadados. Nos han dejado a merced de que nos pueda atropellar un coche. Mi madre si quiere ir a la iglesia tiene que ir con la silla de ruedas por la calzada hasta la mitad de la calle, donde hay un rebaje», indicó Mónica Villán, cuyos padres residen en la calle.
Las aceras tienen 70 centímetros de modo que es imposible transitar por ella para las personas con movilidad reducida. «Es una calle peatonal, tal como indicaba la señal que ahora han quitado», añadió Villán.
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