Hoy la actualidad me lleva a hablar de un tema que me toca de cerca: el culebrón de la medianera de La Llana. Recapitulemos. Nos tenemos que remontar al año 1895, cuando el Ayuntamiento derribó varios edificios de la Llana de Afuera para despejar y dar vistas espaciosas a nuestra hermosa catedral. Se redactaron varios proyectos para conseguir una plaza espaciosa hasta la calle Fernán González. Esto supuso cambiar la relación entre la catedral y su entorno urbano medieval. Pero era lo que se llevaba en ese momento. Lo cuenta bien Álvaro Moral en su libro que se acaba de presentar el mes pasado, titulado Obra inacabada. El proceso de aislamiento de la catedral de Burgos. Se lo aconsejo.
Sin embargo, esos proyectos no se llegaron a ejecutar, como pasa muchas veces. De modo que el último edificio que se salvó del derribo pasó a ser el protagonista de ese nuevo espacio urbano indefinido e inacabado y su muro medianero quedó a la vista hasta nuestros días. Pasaron cien años hasta que el Plan Especial del Centro Histórico de 1995 intentó dar una solución a este espacio diseñando un nuevo edificio que remataba la manzana. Quizás se acuerden del 'Consulado Joven'. Otro concurso más en el cajón, porque el Ayuntamiento reculó y en el Plan vigente de 2014 eliminó dicho edificio, dejando de nuevo la medianera 'al aire'.
En 2016 se convocó el concurso para reurbanizar Las Llanas, con el resultado conocido por todos (que por cierto ha recibido diversos reconocimientos). Pero el proyecto está todavía inacabado, falta precisamente completar la intervención en la medianera, que era uno de los objetivos principales del concurso. Después de un complejo proceso de tramitación por estar en un ámbito de Patrimonio Mundial, se llegó a una solución de consenso que fue aprobada por la Junta, Icomos, Ministerio de Cultura y Ayuntamiento. Casi nada. En coherencia con el proyecto global, que ha tratado de explicar cómo era la ciudad en el entorno de la catedral, la solución aprobada evita terminar la manzana donde no lo hacía y propone un plano abstracto por delante de la medianera mediante un revestimiento cerámico inspirado en el primer grabado de la ciudad de Burgos.
En medio de este proceso, los propietarios del actual inmueble número 14 de la Llana se han visto inspirados después de más de un siglo y han pedido licencia de obras para reformar su medianera y abrir balcones con vistas a la catedral. Aunque Ayuntamiento y Consejería de Cultura denegaron dicha licencia, ahora el TSJ les ha dado la razón, lo que permitiría transformar la medianera en fachada. Vaya por delante mi respeto a la Justicia y a la sentencia. Pero debemos ser conscientes del resultado: en este caso gana el interés particular frente al interés público, expresado en un proyecto largamente gestado y consensuado por todos los organismos con competencia en Patrimonio. Un evidente 'falso histórico' en completa contradicción con la obra recientemente terminada. Lamentable. Frustrante. Habrá que ver ahora si se llega a ejecutar este despropósito o queda todo de nuevo paralizado.