La revisión de precios del contrato de basuras, que se encarecerá en 1,2 millones de euros al año, ha empezado a tomar protagonismo en la negociación del convenio entre los sindicatos y Urbaser. Aunque el Ayuntamiento de Burgos no ha aprobado aún de manera formal las nuevas condiciones del contrato, el comité está reclamando ya a la empresa que repercuta el incremento de los ingresos que va a obtener entre la plantilla.
Urbaser ha llegado a ofrecer a los sindicatos una subida salarial del 7% en cuatro años. Para ser exactos, del 2,5% en este 2024, del 2% en 2025, del 1,5% en 2026 y del 1% en 2027. Los sindicatos ven «insuficientes» estos incrementos y, más allá del rumbo que pueda coger el desarrollo de la negociación, reclaman mejoras en el plus de toxicidad, la equiparación de las retribuciones que reciben los camareros y una cláusula de revisión salarial que garantice que sus sueldos no van a actualizarse por debajo de lo que lo haga el IPC.
Aunque las diferencias siguen siendo aún grandes, lo cierto es que el fantasma de una posible huelga se ha disipado. Porque cabe recordar que esa posibilidad ya se planteó de cara a las fiestas de los Sampedros.
El comité y una parte de la plantilla se quedó con un sabor amargo cuando en abril del año pasado se aceptó lo que ellos mismos definieron como un «acuerdo de mínimos» a la espera de una mejora mayor que llegaría con la revisión de precios del contrato. Ese momento ha llegado y además actualizándose el valor cuatro años. Es decir, no solo desde la firma del contrato sino desde tres meses de la presentación de ofertas en la licitación de 2020.
El año pasado ya se estuvo muy cerca de la huelga, pero finalmente la asamblea de trabajadores decidió no parar. El contexto en este momento es otro, si bien no se puede descartar ningún escenario, ya que el clima no es precisamente el de máxima confianza entre las partes.
En relación al plus de toxicidad, lo que reclama el comité es que se sitúe en al menos el 20%. Hay un especial interés porque lo cobren los barrenderos, ya que se entiende que son los que tienen las condiciones de trabajo más penosas.
También se busca que no perciban unas retribuciones más elevadas los conductores de los camiones de recogida lateral y que ese no sea un factor para mover a los empleados de puesto. Es decir, que alguno se pueda ver castigado al encargarle la conducción de un vehículo que se paga menos por convenio.
De cara a la negociación, el comité también tendrá en cuenta que el contrato entre el Ayuntamiento y Urbaser se va a seguir revisando año a año. No en la cuantía en lo que lo va a hacer ahora, pero sí probablemente en 200.000 o 300.000 euros por cada anualidad.
Pese a que el verano no es el mejor mes para mantener un flujo de reuniones constante, las partes se han visto ya en julio y lo volverán a hacer en agosto con la idea de coger ritmo en la negociación en el último cuatrimestre del año. La última palabra para aceptar o rechazar la propuesta, llegado el momento, será de la asamblea de trabajadores.
Por otro lado, los trabajadores están aún a la espera de que la empresa les abone la cesta de Navidad de los dos últimos años después de que una sentencia del juzgado reconociera este derecho adquirido al haberla entregado Semat durante los últimos cuarenta años.