Crónica de 70 crímenes

R. PÉREZ BARREDO / Burgos
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La escritora e investigadora María Jesús Jabato indaga en su última obra en los más truculentos sucesos que la prensa local recogió con todo lujo de detalles entre los años 1930 y 1960

Francisca Sánchez y José García, acusados del crimen de La Canal, acaecido en 1948, fueron llevados al lugar de los hechos para recrear el asesinato de Dominga del Pino. - Foto: Fede (Archivo Histórico DB)

Los crímenes no han pasado -no pueden pasar- desapercibidos, escribió Rubén Darío, frase que cita María Jesús Jabato en la introducción de su última obra, una indagación casi detectivesca -como no podía ser de otra manera- por la historia más oscura y siniestra de tres décadas del siglo XX, las que van de 1930 a 1960. La escritora y académica burgalesa se ha abismado en las ajadas páginas de los periódicos de aquella época para recoger los sucesos más siniestros en esta acontecidos, centrándose en aquellos que se siguieron de principio a fin, esto es, desde que se registraron y se dio noticia hasta su desenlace final, con su juicio y condena. Sucede que no en todos los tremebundos hechos que se dieron en esos treinta años la prensa siguió cada caso hasta su conclusión, motivo por el cual no están todos recogidos en el libro. Crónica negra de Burgos II, que así se titula la obra, aborda 70 crímenes acaecidos a lo largo y ancho de la provincia.

Jabato, jurista apasionada de la historia, ha dado continuidad a un trabajo anterior,Crónica negra de Burgos I, que analizaba los crímenes del último tercio del siglo XIX y el primero del XX, con el único paréntesis de los años de la Guerra Civil. Ha analizado minuciosamente la autora todo tipo de asesinatos, homicidios, parricidios, infanticidios, uxoricidios...

Se trata de crímenes comunes «motivados por celos, por avaricia, por envidia, por enemistades y rencillas, por ignorancia o por simple maldad», escribe Jabato en la introducción. Un catálogo de crímenes «en el que sale a relucir lo peor de la condición humana.

El método homicida es lo de menos; lo que cuenta es el resultado, la muerte, que se convierte en el hilo conductor de todos los sucesos.La mecánica es, al fin y al cabo, muy homogénea y primaria: golpes dados con azadas, hachas, palos o picachones, asfixia o ahogamientos, cuchilladas y navajazos o disparos, muestran que es cierta la versión de Ágatha Christie, que decía que el hombre es un animal poco original tanto dentro de la ley con su respetable vida diaria, como fuera de ella».

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