El Grand Prix de Arcos

C.M.M. / Burgos
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La localidad fue anfitriona de la primera edición de Las Moritas Prix, un concurso de pruebas acuáticas y secas en el que compitió contra Villariezo. El objetivo es fomentar la relación entre pueblos y convertirlo en una cita anual

Los contrincantes sortearon recorridos inestables y emplearon su fuerza para no caerse de las colchonetas, aunque sin perder la sonrisa en ninguna de las pruebas. - Foto: Patricia

El espíritu del Grand Prix, conocido programa del verano, llena de ganas de jugar todos los hogares españoles, a jóvenes y mayores, que observan inquietos las divertidas pruebas desde su televisor. Sin embargo, solo los pueblos que tienen entre 5.000 y 10.000 habitantes pueden aspirar a participar en este concurso anual. Por eso, Claudia Martínez y Cecilia San Millán, concejalas de festejos de Arcos de la Llana y Villariezo, han decidido organizar un formato similar pero a pequeña escala, bajo el título 'Las Moritas Prix'. 

Estas pequeñas localidades, ubicadas en el Alfoz de Burgos, se han batido en duelo de forma amistosa. Cada pueblo ha sido representado por dos equipos mitxos de ocho integrantes, uno de niños y otro de adultos, que han ido pasando una serie de pruebas acuáticas y de tierra, de fuerza e ingenio, acumulando puntos a golpe de globos, hinchables, preguntas y carreras, hasta que uno de ellos se ha alzado como ganador.

Inicialmente iba a ser una competición a tres, entre Arcos, Villariezo y Villagonzalo, pero este último no ha podido reunir participantes suficientes y ha tenido que renunciar a la convocatoria. En su lugar, se ha formado un equipo mixto, tal y como explica Zare, su capitán: «Es una ensalada de los pueblos de alrededor como ejemplo de hermandad, los juegos son para eso». 

La inscripción era gratuita y el premio era un trofeo que el ayuntamiento afortunado podría exponer en sus vitrinas. Aun así, el alcalde de Villariezo, Juan José Martínez, asegura que «aquí ganan todos, porque el objetivo es que la gente se conozca, se relacione y que haya buen vínculo entre los pueblos». Para incitar esta actitud de respeto y evitar los roces durante las siguientes horas de tensión, los integrantes han sido invitados a comer para coger fuerzas y tomar contacto con los contrincantes.

Tras el entrenamiento gastronómico pertinente, las piscinas municipales de Arcos de la Llana han cortado sus servicios habituales a las tres de la tarde y se han abierto al público para dar comienzo al concurso a las seis. «La idea es que el año que viene se haga desde Villariezo. Cada pueblo decidirá si hacerlo en invierno,  en verano, coincidente las fiestas o no», comenta Martínez, que ha presidido esta primera edición como anfitriona.

Siguiendo el ejemplo del Grand Prix, las pruebas han sido comentadas por un carismático presentador y vigiladas por los árbitros Relámpago y Maribel, que han hecho los recuentos y han eliminado algún que otro punto por estar fuera de tiempo. Además, un pinchadiscos  ha animado los mejores trompazos y las hazañas reseñables mientras pinchaba las canciones del verano en los descansos. El público, por su parte, se ha vestido con las camisetas de su equipo, e incluso se han presesentado grupos de animadoras y algunas bocinas para dejar claro que había mucho en juego.

LOS EQUIPOS POR DENTRO. En este concurso no hay barreras de entrada, requisitos a la altura de las pruebas olímpicas o cribas, aunque Dani, capitán del equipo de Arcos, admite que han tenido que tomar medidas ante la alta demanda:«Se ha apuntó todo el mundo que quiso, había mucha gente y a partir de ahí se hizo un sorteo». 

Sin embargo, en Villariezo la iniciativa no tuvo tanto éxito. «Es el primer año, había poco tiempo de plazo y con el desconocimiento hemos tenido que ir preguntando para cubrir todas las plazas», explica su capitán, Jairo. Aun así, está seguro de que «cuando la gente vea que nos los hemos pasado bien, habrá que hacer criba, pruebas o un sorteo». 

Este año no se han buscado perfiles con buena forma física, pero todos presumían de tener jóvenes con preparación y adultos que al menos pudieran aguantar un día de calor y deporte. En particular, cada equipo infantil ha estado formado por dos personas de 14 años, dos de 15, dos de 16 y dos de 17. Por su parte, el equipo sénior ha abarcado una franja de edad amplia, con dos integrantes de 18 a 20 años, dos de 20 a 30 años, dos de 30 a 40 años y dos personas de más de 40 años, que fueron elegidos por sorteo el 25 de julio.