El Reino Unido reducirá gradualmente las importaciones de petróleo ruso y dejará de comprar crudo a Moscú para finales de este año, anunció este martes el ministro de Empresas, Energía y Estrategia Industrial británico, Kwasi Kwarteng.
Ese periodo de "transición" ofrecerá al mercado británico nueve meses para ajustarse a los cambios y asegurar nuevas vías de suministro una vez queden vetados el crudo y derivados del petróleo de Rusia, que representan el 8 % de la demanda británica.
Kwarteng avanzó que el Gobierno explora asimismo la opción de vetar las compras de gas como castigo por la invasión de Ucrania ordenada por el Kremlin. El Reino Unido "no es dependiente del gas natural" ruso, que representa solo el 4 % del consumo interno, recalcó.
Durante 2022, Londres negociará con Estados Unidos, Países Bajos y Estados de Oriente Medio, que ya suministran la mayor parte de las importaciones de crudo, para ampliar esas entregas, detalló el ministro en un mensaje en las redes sociales.
Subrayó al mismo tiempo que el Reino Unido, que extrae petróleo en el mar del Norte, entre otras fuentes, tiene una capacidad de producción propia "significativa", así como amplias reservas acumuladas.
"El mercado ya ha comenzado a excluir al petróleo ruso. Cerca del 70 % del mismo ya no puede encontrar un comprador", dijo Kwarteng, que hizo el anuncio en paralelo a un discurso del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, en el que notificó la prohibición de las importaciones de petróleo y gas de Rusia.
El primer ministro británico, Boris Johnson, ya argumentó el lunes en contra de un veto inmediato a los hidrocarburos procedentes de Rusia y defendió la necesidad de reducir la dependencia de Moscú "paso a paso".