Este año las campanas van a tocar por mejores y más seguras carreteras, cobertura plena de telefonía e internet, una verdadera política de incentivos fiscales para las empresas que revierta la fuga de talento y de población de los pueblos hacia las grandes ciudades. Van a tocar por lo de siempre, por lo que tanto se habla y tan poco se hace. Por ello se subirán voluntarios a las torres de las iglesias de media España en lo que los modernos llamarían el Blue Rural Weekend -el fin de semana más triste del año en los pueblos- y que en San Miguel de Pedroso bautizaron hace 5 años como el Día de Repoblación.
La Asociación Cultural El Priorato eligió precisamente el momento en el que menos gente queda en las zonas rurales para llamar la atención desde ellas con su iniciativa #VamosADarlesUnToque. Será el sábado 3 de febrero, a las 13 horas y durante 5 minutos, cuando repiquen las campanas por los derechos del mundo rural en al menos medio centenar de localidades, aunque la cifra se multiplicará a medida que se aproxime la fecha, como ocurre otros años.
En el manifiesto de este quinto Día de la Repoblación, los organizadores inciden en el esfuerzo realizado desde abajo, las administraciones más pequeñas, a menudo juntas vecinales con apenas unos miles de euros de presupuesto, que dentro de sus escasas limitaciones se las ingenian para conseguir al menos una familia que lleve su bar o la tienda, a veces las dos cosas, a cambio de ofrecerle gratis una casa, pagar los gastos... «Es evidente que los Ayuntamientos de las localidades rurales han asumido la iniciativa, en la medida de sus posibilidades, al impulsar asentamientos mediante subvenciones para viviendas de recién llegados o exenciones fiscales, en ausencia de acciones significativas por parte de instancias superiores oficiales», se lee en el documento que han redactado. «Son los pueblos los que están tomando la iniciativa», remarca Jesús María Herrero.
Pero solo los pueblos bajan al barro, el resto de las administraciones eluden aquellas medidas que a juicio de El Priorato serían efectivas. «Hasta que no se reparta la industria no se va a solucionar la despoblación. Podemos ralentizar el proceso, pero va a ser engañoso», opina Herrero, quien considera que el cambio de sistema con la eliminación de los combustibles fósiles se presenta como «una ocasión interesante para reindustrializar el campo y revitalizar el medio rural», al contrario que lo ocurrido en los años 60 con los polos de desarrollo y los polígonos en las ciudades.
Mientras difunden la iniciativa, en este pueblo unido hoy a Belorado preparan un sábado con juegos populares, taller de elaboración de galletas, patatas con chorizo para compartir mesa y una charla sobre toques de campana en la Sierra de la Demanda a cargo del erudito Gonzalo Abajo Monge.