El último informe de la Consejería de Sanidad sobre la 'Cobertura del sistema de aseguramiento' no deja lugar a dudas: los más de 17.600 mutualistas de Burgos prefieren que los atienda la sanidad privada. De hecho, finalizado el plazo para pasarse a Sacyl, solo 275 personas han formalizado el cambio y, por tanto, pasan a ser pacientes de la sanidad pública a todos los efectos. Ni siquiera la crisis con la mayor mutualidad de España, Muface (de Funcionarios Civiles del Estado) y la amenaza de desmantelamiento del sistema, que aún perdura, ha provocado el temido 'trasvase en masa' y, por tanto, más del 66% de los funcionarios de Burgos optan por seguir en la privada.
No hay una única razón para ello, sino que influyen varios factores. El primero es, sin lugar a dudas, la edad. Los datos oficiales permiten comprobar que la mayoría de las personas que prefiere seguir recibiendo la asistencia sanitaria mediante mutuas son, en Burgos, menores de 50 años; en concreto, el 71%. Pero este porcentaje se incrementa al 85% en el caso de la mutualidad de mayor peso, que es Muface. Así que entre los mutualistas que ya han elegido ser atendidos por Sacyl no es que ocurra lo contrario, pero sí se aprecia con claridad que cuatro de cada diez (el 41,2%) tienen más de 50 años. Y, por tanto, cuanto más avanzada sea la edad, es previsible que mayor necesidad haya de acudir al médico o de padecer una enfermedad crónica y/o grave que tratar. Así que es en esos casos en los que se opta por la sanidad pública.
Esta particularidad se manifiesta en proporciones distintas en función de la mutua de la que se trate. Los militares, por ejemplo, prefieren mantenerse en la privada incluso en edades avanzadas (el 41% de quienes siguen con el seguro tienen más de 50 años). Y algo parecido sucede en Mugeju, que es muy minoritaria, pero no en Muface. En este caso, y a pesar del volumen, se aprecia con claridad que el grueso del trasvase a la pública se produce a medida que se cumplen años.
Sin embargo, a pesar de ello sigue habiendo un volumen muy alto de mutualistas que superan los 50, 60 o más años. Y en esos casos, según explican expertos en la materia, se dan los dos extremos: el que considera que en caso de enfermedad lo van a atender mejor en la pública y quien piensa que es mejor continuar con los mismos médicos. Sobre todo en los casos en los que ya hay enfermedad diagnosticada y se está en tratamiento.
Así, y a pesar de que sigue habiendo informes que avalan o que incluso aconsejan desmantelar de forma progresiva este modelo de atención sanitaria -el último, el de la Autoridad Fiscal- en Burgos parece haber plena confianza en la sanidad privada.
De los 17.611 mutualistas que hay en la provincia, según información oficial, la mayoría tienen asistencia a través de Muface (11.101, que equivale al 63%). Tras muchas idas y venidas, así como un sustancioso incremento de las primas por parte del Gobierno, ha conseguido que dos compañías de seguros acudan a la adjudicación pública del concierto y, de no haber imprevistos, volverá a renovarse por dos años más sin cambio alguno para los mutualistas.
El resto pertenecen al Instituto Social de las Fuerzas Armadas (Isfas), con 5.554 asegurados, y a la Mutualidad General Judicial, que es muy minoritaria y apenas cuenta con 956 beneficiarios.