La presentación el año pasado del proyecto de coche compartido de la UBU para los miembros de la comunidad universitaria ha despertado el interés de otras entidades de la ciudad. La Asociación de Empresarios del Polígono de Villalonquéjar ha mostrado su intención de importar este particular 'blablacar' para dar servicio a los trabajadores del entorno industrial, al igual que establecer un sistema de optimización de rutas de autobuses de empresas con el fin de aprovechar al máximo su ocupación. El objetivo en ambos casos para por reducir el número de desplazamientos en vehículos a motor y promover la movilidad sostenible.
El secretario de agrupación, José Juan Martínez, explica que la actividad empresarial mueve a diario a 16.000 personas, que en la mayoría de los casos se traslada en solitario en su coche particular a su lugar de trabajo, a lo que añade el hecho de que esta situación se repite con los vehículos de transporte colectivo, que «acuden en ocasiones medio vacíos». Es por ello que avanza la posibilidad de desarrollar métodos alternativos como el que acaba de poner en marcha la institución académica local, con cuyo mentor, el catedrático Joaquín Pacheco, ya se han producido los primeros contactos. «Queremos lanzar la idea este año», precisa, enmarcando esta iniciativa dentro del proyecto de economía circular de la entidad en la zona, que incluye también poder completar el carril bici.
La entrada en funcionamiento del Carpooling, término en inglés con el que se conoce este sistema, en el campus tuvo lugar el pasado 9 de enero con una respuesta que Pacheco califica de positiva al sumarse una treintena de personas, ya sean trabajadores o estudiantes que gestionan sus viajes a través de una aplicación móvil. «Para el polígono presenta, incluso, más posibilidades que para los desplazamientos a la Universidad», sostiene el profesor de Economía Aplicada, al tiempo que explica que su adaptación a dicho entorno pasaría por el desarrollo de un nuevo algoritmo. Este tendría que prestar especial atención a «asegurar el recorrido de ida, pero también de vuelta», teniendo en cuenta que la inmensa mayoría de los empleados de Villalonquéjar tiene unos horarios fijos de entrada y salida de sus trabajos.
A la adecuación de las particularidades del entorno se sumaría después el desarrollo de la APP propia de la zona industrial, además de un periodo de pruebas para confirmar su correcto funcionamiento. «Si nos ponemos a trabajar en ello a tiempo completo podría estar en funcionamiento en dos meses», precisa Pacheco, que extiende esta misma labor a la posibilidad de optimizar las rutas de autobuses «buscando recorridos y horarios óptimos» que permitieran la ocupación máxima de estos vehículos.
La asociación sigue con detalle la entrada en servicio del 'blablacar' de la UBU y recaba datos sobre desplazamientos para promover una movilidad sostenible.