La actividad congresual, ya sea en el Fórum Evolución como locomotor de la misma o en otros espacios destinados a este fin, repercute directamente en la ocupación hotelera. La Asociación de Empresarios de Alojamientos Turísticos no se muestra tan optimista en la recuperación de este sector al considerar que está tardando más en reactivarse que otros, además de que prevé que se verá afectado de forma negativa por la crisis que se avecina. No obstante, valora de forma muy favorable el «esfuerzo» realizado para poder retener importantes citas profesionales que tuvieron que ser aplazadas por la pandemia.
«Todavía no estamos a la altura de 2018 o 2019, que fueron años más potentes», remarca su presidente, Luis Mata, quien, sin cuestionar las cifras del Auditorio, estima que la metodología para contabilizar eventos por parte de la sociedad municipal Promueve difiere del cómputo de las pernoctaciones de los alojamientos de la capital. Recuerda en este sentido, que tan solo el Congreso Nacional de Urología ha conseguido el lleno en los hoteles, mientras que asegura que los certámenes de danza han contado con menos participación que en ejercicios anteriores.
Mata ve con buenos ojos el incentivo de 3.000 euros para nuevos encuentros profesionales. «Todo puede ayudar, aunque existen voces que dicen que no se puede competir en incentivos», sostiene, no sin antes subrayar que lo importante en esa labor de captación pasa por «tener unos precios razonables en el alquiler de los espacios, similares como mucho a los de otros destinos». Considera en este punto que existen aspectos con los que resulta difícil competir como son las vías de comunicación.
El presidente de la patronal ve insuficiente la frecuencia del AVE (un viaje de ida y otro de vuelta al día), si bien reconoce que «nos abre la posibilidad de competir por ciertos congresos» que exigen este requisito a la hora de elegir su sede y considera que Promueve «debería tenerlo ya un poco más fácil de cara a atraer más eventos».
La situación actual no es favorable, según Mata, para que el sector coja ritmo. Asegura que hace falta un poco de calma social y económica después de la pandemia, algo que sigue sin conseguirse debido a las consecuencias de la invasión rusa de Ucrania, a una inflación desorbitada y al encarecimiento de los combustibles. «Se necesita tranquilidad y no es bueno que ya se esté especulando con una crisis brutal por razones evidentes, con lo que 2023 no será el año de la reactivación». Un escenario que extiende al turismo de empresa, del que viven la mayor parte de los hoteles durante los días laborables, después de una pasada primavera en la que parecía resurgir.
Para la patronal del sector, las líneas a seguir en lo que se refiere al turismo congresual pasan por «trabajar mucho y de manera acertada» en la captación de eventos, lo cual -añade- «no significa que no lo estén haciendo bien», aunque propone que se promocionen otros espacios de la ciudad más allá del Fórum que encajen con las necesidades de los organizadores cuando estos quieren celebrar sus reuniones en fechas concretas (que no pueden variar y no hay disponibilidad en el Auditorio) o piden lugares más pequeños. Tampoco cree que favorezca en ese objetivo que la cafetería de la palacio de congresos siga cerrada: «Es una pena tenerla vacía y Promueve debería replantearse qué hacer con ella».