Probar Producto de La Rioja es conectar con lo más profundo de esta tierra. Natividad Reinares Martínez, que recientemente cumplió 105 noviembres, lleva más de un siglo siendo testigo de ello, más de un siglo atesorando, con cada uno de sus recuerdos, la esencia de La Rioja.
Natividad cuenta cómo eran las cosas cuando aún vivía en su casita natal en Treguajantes, antes de comenzar a servir en las casas de los señores de Logroño, cuando apenas contaba con 14 años y era un pueblo que rebosaba vida. «Recuerdo correr con todos los niños por el pueblo, porque entonces todas las casas estaban ocupadas. Éramos 10 hermanos, yo la mayor, cuidaba de ellos y todos a una íbamos».
En su cocina siguen estando los mismos ingredientes de siempre, preparados con las recetas que heredarán sus nietos y biznietos, los mismos que producían en casa cuando era niña. «Mis padres eran labradores y tenían también ovejas», recuerda, «y vivíamos de lo que daban los animales y el campo». Como muchas otras en la entonces más habitada Sierra de Cameros, la familia Reinares Martínez se sustentaba con lo que, en cada temporada, producían la tierra y los animales, viviendo al ritmo que marcaba cada temporada en el campo.
La Rioja en esencia - Foto: Carlos CaperosPor eso, en la conversación de Natividad, de cuando en cuando, salen a relucir las conservas. «En casa se hacía en cada época lo que tocaba y colaborábamos todos. Bueno, todos no, las mujeres, los hombres no hacían eso.» Al escucharla hablar, es inevitable conectar con ese arte trasladado de madres a hijas, pequeños tesoros en el hacer de cada familia, para que la cosecha de temporada se estirase durante todo el año o para intercambiarlas por los productos que preparaban o cultivaban otras familias. Gracias a las manos de entonces y a la posterior evolución y profesionalización del sector, hoy se cuenta en La Rioja con un tejido empresarial conservero que durante décadas ha estado en lo más alto de las listas de opciones de nuestro país e, incluso, con gran fama fuera de España.
La remembranza se hace presente al volver a aquellos días de hacer queso, formas que hoy, generación tras generación, son el modo de elaborar el tan famoso queso que hace un siglo era patrimonio familiar de aquella parte de la Sierra Riojana. Natividad comparte cómo aprendió a llevar a cabo todo el proceso, otra de las tareas habituales en casa, una vez que sus padres habían ordeñado las ovejas. «Preparábamos la leche con el cuajo para que se cuajara la leche y luego, cuando ya se había cuajado, lo echábamos en la cilla y le sacábamos el suero, que después lo utilizábamos para preparar otras comidas en casa. Y luego, además del queso, también hacíamos chorizo y embutido muy bueno».
Costumbres como la que narra Natividad son la base de algunos de los rasgos característicos de este tipo de quesos, fácilmente reconocible por su inigualable sabor y por una textura que a nadie deja indiferente.
Y es que, por mucho que hayan evolucionado los tiempos, hay cosas que, afortunadamente, nunca cambian. Son las tradiciones de nuestros abuelos las que hoy nos permiten gozar de la gastronomía característica de La Rioja, apreciando lo bueno y contando con campañas , como #productoriojano, para ayudarnos a distinguir esos productos que cuentan historias familiares como la de Natividad, tras varias generaciones, hasta llegar a esa riqueza gastronómica que caracteriza al #productoriojano.
Sabores de siempre y para siempre.
Natividad recuerda, casi como si fuera ayer el puchero de barro que tenían en casa, forrado de alambre, que durante largas horas permanecía al beso del fuego en el hogar cocinando despacio, mientras mantenía la vista en su 9 hermanos pequeños, unas alubias o unos garbanzos que habían cultivado en su huerto, las mismas variedades que hoy abandera La Rioja de forma tan propia y que forman parte de nuestra identidad.
Hoy, ha cambiado aquel puchero de barro por cazuelas metálicas y otros fogones, pero los sabores de #productoriojano siguen siendo los de antaño, conformando la identidad del territorio y llevándola, en cada bocado, mucho más allá de sus límites territoriales.