Dar vida al Casco Viejo, pero también disponer de espacios para emprendedores y colectivos de Miranda. Para entrelazar ambos objetivos, la asociación del Renacimiento del Centro Histórico y Aspodemi preparan una red de lonjas colaborativas en la parte antigua. Primero quieren habilitar una prueba piloto en el primer semestre de este 2024 y valoran hacerlo en la plaza Santa María. El número de locales dependerá de la financiación que logren para acometer las reformas, pero los promotores destacan que «esta es una idea de proyecto de ciudad, por lo que trataremos de que el Ayuntamiento la haga suya y también que participe el sector privado, para darnos entre todos una solución conjunta», remarca la gerente de Aspodemi, Tania Bustos.
Como en toda proposición, los impulsores saben que la base está en el dinero. En primer lugar, mencionan las ayudas municipales para emprendedores o consolidación de actividades en el Casco Viejo y la Plaza de Abastos. 30.000 euros de los que buena parte se quedan en las arcas municipales por falta de peticiones. Al margen de esta subvención, Bustos admite que buscarán más alternativas, también se tiene el convenio entre el Consistorio y la asociación del Renacimiento de 20.000 euros y además tratarán de involucrar al sector privado. En este sentido, la propuesta se ve como una posible extensión para el proyecto de la Fundación Caja de Burgos en la Casa de las Cadenas, que también tiene una parte de emprendimiento.
Una vez conozcan su presupuesto, «reformaremos en función del estado de los locales y sabremos si abrimos más o menos en el piloto», con la previsión de «en el segundo semestre de 2025 empezar a expandirnos», detalla Bustos, que espera que la iniciativa prospere junto al proyecto de la recuperación de solares «porque queremos que ambas ideas estén vinculadas».
Al año que viene entrarían los usuarios, en una red gestionada por el colectivo del Renacimiento, de acuerdo a unos alquileres y en función de las necesidades, para garantizar la sostenibilidad. «La idea es tener unos locales como sala de reuniones, oficinas, espacios coworking o salas para orientarlos a las charlas taller», enumera Bustos, quien reconoce que en función de lo que tengan «juntaremos la oferta y la demanda».
En este sentido, reconoce que en Aspodemi conocen las dificultades para encontrar lonjas, «porque trabajamos mucho en vida independiente y necesitamos locales», pero amplían esa realidad al tejido asociativo de la ciudad. También a emprendedores, «con un perfil joven que pica en un sitio y en otro, que no necesita un espacio eterno y en el que tienen que poder trabajar por horas», explica Bustos.
Con todo esto, la gerente de Aspodemi repara en las cualidades del Casco Viejo, donde el propio barrio también se beneficiaría. Bustos recuerda que es una zona pequeña que «tiene todos sus locales prácticamente parados», pero por otro lado, remarca que las personas que se instalen tendrían mucha visibilidad «y más si se va acompañado de un plan, que es lo que estamos haciendo», afirma. Además, los precios serían más económicos respecto al centro de la ciudad, donde se tiene visibilidad, pero con un coste prohibitivo para asociaciones y emprendedores.