El aumento de casos de tosferina, iniciado en 2023 y agravado en 2024, ha motivado que las autoridades sanitarias acuerden nuevas recomendaciones para intentar reducir al máximo el riesgo de complicaciones en la población más vulnerable ante esta enfermedad bacteriana: los recién nacidos. Así, se ha acordado aconsejar a las mujeres embarazadas que pidan cita con la antelación suficiente para garantizar que reciben esta profilaxis cuando estén en la semana 27 o 28 de gestación; algo que, según información oficial, en Burgos solo hacen el 7,6% de las gestantes. El resto se la ponen más tarde, lo cual puede provocar que «el nivel de protección pasiva no sea tan alto para el bebé».
El calendario infantil establece que la primera dosis frente a la tosferina se administra a los dos meses de vida (junto a la de la difteria y el tétanos). Eso significa que entre el nacimiento y el momento en el que el bebé empieza a generar anticuerpos propios pasa un tiempo en el que su sistema inmune tiene menos capacidad de reacción frente a la bacteria que causa esta enfermedad (Bordetella pertussis), que en los lactantes puede causar hasta la muerte.
Por ese motivo, en 2015 se optó por reforzar la protección de los recién nacidos durante estos primeros sesenta días de vida vacunando a las madres en el embarazo. De esta forma, ellas generan unos anticuerpos que transmiten a sus hijos a través de la placenta y que los protege en el momento de mayor vulnerabilidad y riesgo.
En un principio, se aconsejaba recibir esta profilaxis entre la semana 28 y la 36, pero en 2017 ya se aconsejó acortar algo la ventana y se redujo a un período entre la semana 28 y la 32. A la constancia de que la embarazada necesita un mínimo de dos semanas para producir anticuerpos se añadía que se había observado que «la transferencia de anticuerpos es máxima a partir de la semana 32», pero después «los niveles de anticuerpos decaen con rapidez». Y, así, estimaron que protegerse antes del embarazo o en las primeras semanas «no sería efectivo». Y, ahora que hay aumento generalizado de casos de tosferina -en Burgos ya se han confirmado más que en todo 2023, con 12 notificados-, las autoridades sanitarias creen que no solo hay que aumentar hasta el 95% el porcentaje de mujeres que se vacunan en el embarazo (en Burgos ya se protegen nueve de cada diez), sino que deben hacerlo antes, en la considerada «ventana óptima»: las semanas 27 y 28.
Burgos es la provincia con menor porcentaje de mujeres vacunadas «en tiempo» -a la cabeza va Palencia, con un 64% de pinchazos en este momento de la gestación-, por lo que se insta a las aludidas a que adelanten esa cita.
En este repunte la enfermedad se está confirmando en adolescentes, pero se quiere evitar que haya transmisión entre lactantes. Y eso solo se consigue con la vacuna.