El investigador José Manuel Cerda, experto en la figura de Leonor Plantagenet, tuvo acceso en 2017 a un privilegio rodado de la fundadora de Las Huelgas cuando hasta ese momento solo se conocía otro diploma de su puño y letra. Ese documento en poder de un particular fue objeto de un análisis histórico, paleográfico y diplomático y sacó a la luz que la esposa de Alfonso VIII tuvo cancillería propia: «Fue la única consorte europea de la época que tuvo un canciller propio para la emisión de documentos oficiales», explicó el historiador chileno.
El manuscrito de 1179 y la investigación de Cerda puso de manifiesto el papel innovador de la reina de Castilla, ya que contar con casa y oficiales a su servicio le hizo tener autonomía e independencia para hacer uso de su poder patrimonial, dinástico y político, sin esperar al consentimiento o la voluntad de Alfonso VIII. El valor histórico de ese documento es incalculable por cuanto aporta al conocimiento de la renovación dinástica y política que se produjo en el reino de Castilla como consecuencia de la llegada de una princesa Plantagenet.
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