Úzquiza, el único pantano del Duero que aún no crece

H.J.
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El embalse de Arlanzón ya ha empezado a recuperarse tras la fuerte caída que ambos habían experimentado desde el verano, aunque se encuentran en la media habitual

El nivel de las aguas llegó a estar a rebosar a finales de la primavera - Foto: VALDIVIELSO

El embalse de Úzquiza, el de mayor tamaño de los dos que abastecen a la capital burgalesa, es el único de toda la cuenca que todavía no ha empezado a beneficiarse de los aportes de la lluvia y la nieve recientemente caídas para empezar a incrementar sus bajos niveles.

El último parte de la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD), correspondiente a la semana pasada, dejaba a este pantano con 39,1 hectómetros cúbicos almacenados, lo que supone un 52,1% de su capacidad. El año pasado a estas alturas del año tenía 53,8 hectómetros, así que la diferencia es evidente, pero aun así se encuentra prácticamente en la media de 40,5 registrada en los diez últimos años.

Desde el parte anterior este embalse ha perdido la mínima cantidad de 0,4 hectómetros pero llama la atención por ser el único del Duero que sigue bajando. De hecho, el embalse de Arlanzón que se ubica aguas arriba, también en las estribaciones de la sierra de la Demanda, ha ganado 2,4 hasta llegar a los 17,1 ( su capacidad total es de 22). El año pasado contenía 19 hectómetros y la media decenal es de 14,9, por lo que actualmente está por encima.

Es previsible que a medida que la nieve se ha ido derritiendo, y una vez la CHD regule también las compuertas de Arlanzón, vaya llenándose la principal reserva de agua que abastece la capital burgalesa.

Ya se notan por ejemplo los efectos de la lluvia y del deshielo en el pantano de la cuerda del Pozo, situado en Soria y que ha ganado casi 8 hectómetros en solo una semana, así como en La Requejada o Camporredondo (montaña palentina) y los grandes pantanos leoneses, que se han disparado con las recientes nevadas.Tras un otoño de 2019 intensamente lluvioso y una primavera también generosa, Úzquiza llegó a tener casi 70 hectómetros almacenados a finales de mayo. Desde entonces ha ido descendiendo poco a poco, pero siempre en una buena situación que no permite vislumbrar problema alguno de sequía.