La asociación para la atención de necesidades especiales en Aranda, Alea, pide más recursos para los asociados mayores de 21 años. Una vez que salen del periodo de educación básica, estos jóvenes no cuenta con un servicio de cuidado adecuado a sus requisitos. «No existen alternativas para ellos. En Aranda contamos con Asadema, pero ellos están orientados a una serie de perfiles con una menor demanda de ayuda. De momento estamos trabajando con ellos, pero no suponen la solución adecuada en este caso», cuenta José Félix Criado, presidente de Alea.
Para intentar encontrar alternativas que pueda funcionar, varios miembros de la asociación se han reunido con la Gerente de Servicios Sociales de Burgos y el Director de la Unidad de Valoración y Atención a las personas con discapacidad. Este encuentro ha supuesto uno de los primeros pasos que la asociación ha dado para conseguir que Aranda cuente con una infraestructura en el futuro que permita dar apoyo a estas personas. «Hay que buscar una solución inmediata y a largo plazo encontrar una alternativa, por eso hemos querido trasladar la situación a las autoridades competentes», aclara Criado.
Los requisitos con los que cuentan estos chicos precisan de un ratio mucho menor de a la hora de ser cuidados. «Mientras que otras personas con discapacidad pueden atenderse en grupos de 10 o 15, a quienes representamos pueden exigir una persona para ellos continuamente. Aparte para que no se devalúe su calidad de vida, van a tener que contar con servicios de fisioterapeutas, logopedas...», aclara el presidente de Alea. Actualmente, los mayores de 21 años recurren a opciones privadas para solventar esta situación, algo que no puede sostenerse en el tiempo. «Además, muchas familias trabajamos y tampoco podemos dejarlos siempre en casa. Aunque hubiera una persona que se encargase de ellos, necesitan salir y relacionarse, si les impides ir fuera los estás castigando», añade Criado.
De momento, solo una de las familias asociadas está en esta situación, sin embargo, el presidente asegura que en los próximos años el goteo irá a más, algo que les obliga a empezar a buscar una solución para el problema. «La esperanza de vida de estas personas antes era más corta, ahora, los avances médicos hacen que estos chicos vivan más años y por ello tenemos que encontrar una forma de atenderlos una vez que terminan en el Centro de Educación Especial Fuenteminaya», manifiesta el presidente de Alea.
Muchas de las familias asociadas en Alea, también lo están en Apace, asociación para la atención de las personas afectadas de parálisis cerebral y afines de Burgos. Esta entidad tiene sede en Aranda y da servicio a los usuarios que lo necesitan. Sin embargo, solo cuentan con un centro de día en la capital de la provincia, algo que imposibilita la atención adecuada para los arandinos. «No se puede llevar y traer todos los días a los chicos a Burgos, es una paliza», comenta José Félix Criado.
Una mayor demanda. Otras de las situaciones con las que se encuentra esta asociación tiene que ver con el uso de las ludotecas. Las familias reclaman que se incluyan las necesidades especiales de los niños con discapacidad en el pliego de condiciones de su gestión. Durante el último pleno, el Partido Popular reclamó una solución a esta problemática. Andrés Gonzalo, concejal de Servicios Sociales, puntualizó que no se le prohibe la entrada a ningún niño o niña y que nunca ha habido problemas en cuanto a la atención de los menores. «Se trata de un pliego general en el que no se especifica la atención concreta de cada niño, todos van a recibir el cuidado que precisen», explicó el concejal.