El alcalde del Partido de la Sierra en Tobalina, Luis Gómez, no da crédito ante los datos del proyecto presentado ante el Ministerio para la Transición Ecológica por la firma Atalaya Generación, que plantea construir una central hidroeléctrica reversible o de bombeo, en la que sus dos infraestructuras más llamativas son sendas balsas, una a apenas 500 metros de Cubilla de la Sierra, en su municipio, y otra a 5 kilómetros, en Santa Gadea del Cid. A su juicio es «una barbaridad que rompería el parque natural Montes Obarenes y nuestro paisaje».
El proyecto, en fase de consultas a todas las administraciones y ayuntamientos afectados que pueden ahora plantear sus exigencias de cara al futuro estudio de evaluación de impacto ambiental, propone construir en Cubilla de la Sierra una balsa que ocuparía 42,4 hectáreas y tendría una profundidad de 34 metros, así como una capacidad de 5,8 hectómetros cúbicos de agua. Para dar una idea de la envergadura de esta infraestructura y su impacto, el alcalde alude a que la futura concentración parcelaria contempla solo 60 hectáreas de cultivo y pastos en el término de Cubilla de la Sierra.
En la pequeña localidad subsisten tres explotaciones ganaderas con unas 800 cabezas de vacuno, que dependen de los pastizales, que en algunos casos quedarían bajo el agua. Una incipiente plantación de lavanda también trata de prosperar en las tierras que anegaría. Luis Gómez y el alcalde pedáneo de Cubilla, José Preciado, coinciden en que «perjudicaría mucho la actividad ganadera, porque es una zona húmeda, donde están los mejores pastos y con el monte no tenemos suficiente terreno». El pueblo está a 1.000 metros de altitud y es precisamente su orografía lo que lo convierte en el lugar idóneo para el proyecto planteado. Entre la balsa planeada en Cubilla y la de la cota inferior en Santa Gadea del Cid hay un desnivel de casi 400 metros y solo 5 kilómetros de distancia, lo que permitiría instalar turbinas con una potencia eléctrica de 568 megavatios.
La central hidroeléctrica reversible o de bombeo busca aprovechar los excedentes de la energía eléctrica que generen parques eólicos y solares fotovoltaicos del entorno y con ella bombear agua de la balsa inferior a la superior. Cuando aerogeneradores y placas solares no fueran suficiente e hiciera falta más electricidad, el agua se precipitaría hacia abajo por tuberías soterradas y con su fuerza haría posible la puesta en marcha de las turbinas y la generación de electricidad.
Electricidad más barata. Sus promotores consideran que a los territorios que acojan instalaciones eólicas, solares o de este tipo «se les debería de compensar con un precio menor de la electricidad, lo que repercutiría en mayor atractivo para la industria», aunque admiten que «hay que ejecutar las infraestructuras con el mínimo impacto posible».
Mientras, el regidor del Partido de la Sierra en Tobalina insiste en su rechazo y vaticina que la Consejería de Fomento y Medio Ambiente frenará esta iniciativa por enclavarse dentro del parque natural Montes Obarenes. «No permiten instalar parques eólicos y no te dejan ni cortar un árbol, creo que de ninguna manera se va a dar opción a esta central hidroeléctrica desde Medio Ambiente», señala Gómez. A su lado, el alcalde pedáneo de Cubilla recuerda las dificultades que se están encontrando para llevar a cabo la concentración parcelaria, por lo que duda mucho de que la central hidroeléctrica llegue a buen puerto. «No nos dejan casi hacer la parcelaria, porque no se pueden tocar muchísimos árboles... como van a dejar hacer la balsa», concluye.