Dados los múltiples casos de corrupción política que se han vivido en nuestro país en los últimos tiempos -aunque parecía que la ola se había calmado-, el PSOE debe saber que cuanto más tarde en poner sobre la mesa todos los datos que tenga a cerca de presuntas implicaciones de miembros del partido en el denominado "caso Mediador" o "caso Tito Berni", más va a sufrir políticamente porque la oposición, los socios y los medios de comunicación han hincado el diente en un asunto y no van a soltar la presa hasta que el problema quede perimetrado por la acción de los tribunales y se conozca su alcance y la totalidad de los implicados. .
El Gobierno, que realizó un sprint legislativo a finales de año para quitarse de en medio debates que podían perjudicar la precampaña electoral ha visto como en pocos días se le han vuelto sus previsiones. No solo porque aún mantenga discrepancias serias con sus socios de gobierno sobre la ley del sí es sí, sino porque se le han abierto dos nuevas vías de agua –sin taponar los debates pendientes- con el "caso Mediador", que es un ejemplo de corrupción de libro con todos los aditamentos sórdidos de otros similares, y con la subida de la inflación que no acaba de sujetarse por los precios de los alimentos y de la electricidad.
Aunque el PSOE ya ha demostrado que su intención es aplicar el dicho de que un clavo con otro se saca, y responder con los asuntos de corrupción política que tienen coleando los populares, la estrategia es temeraria porque a quienes se presentan como adalides de la tolerancia cero contra la corrupción se les ha colado un patógeno y es necesario medir la dimensión de la infección, con las derivadas sobre cómo y cuándo supo la dirección socialista del problema que se le venía encima. A dilucidar esas cuestiones se orienta la labor de control del PP que ha solicitado la creación de una comisión de investigación que no será muy fácil que se ponga en marcha, aunque Patxi López va a tener que dar muchas explicaciones a los socios parlamentarios. En el ámbito judicial los dos principales partidos van a formar parte de la causa como acusaciones, con lo que dispondrán de toda la información acumulada y la que se pueda recabar, y ahí se verá también la estrategia de cada uno de ellos, y sí, como en otras ocasiones, su presencia es un acicate o una rémora para el proceso. O las dos cosas.
Sin duda el PSOE actuó con rapidez al exigir el acta al ya exdiputado por Fuerteventura Juan Bernardo Fuentes Curbelo, pero ahora debe completar la nómina de posibles implicados porque el momento en el que ha aparecido "Tito Berni", su sobrino, "el mediador" y el general retirado de la Guardia Civil no puede ser más inoportuno para sus intereses electorales, porque a lo largo de los próximos días y semanas no dejarán de aparecer informaciones sobre la trama ganadero-eólica-fotovoltáica con epicentro en las Islas Canarias.
Se dice que unos pocos meses en política pueden convertirse en una eternidad por la cantidad de asuntos que pueden aparecer y hacer variar la percepción de los electores. Y, en efecto, al PSOE estos tres meses hasta las elecciones autonómicas y municipales se le van a hacer muy largos sino logra levantar un cortafuego para sofocar el incendio provocado por los corruptos. Y además está la subida de los precios que tampoco se frena. Mal panorama electoral.