Burgos ha comenzado a preparar la recepción de decenas de ciudadanos ucranianos exiliados tras la invasión rusa. El Ayuntamiento, en coordinación con la Junta de Castilla y León, el Ministerio de Exteriores y las organizaciones de cooperación internacional, está abierto a acoger a refugiados del conflicto. Eso sí, de una manera ordenada y bajo los canales oficiales. Por eso, hacen un llamamiento a la prudencia por las iniciativas solidarias particulares y animan a tener paciencia y confianza en las instituciones.
Este asunto se debatió tanto en la reunión mantenida con la Consejería de la Presidencia del Gobierno regional como en la Comisión Mixta de apoyo a personas refugiadas, un órgano técnico que integran el propio Consistorio con las entidades de acogida. En esta mesa se acordó poner a disposición de los exiliados que lleguen a la capital un total de 125 plazas en el Hostel de Juventud de la calle Miranda, algo que ya había anunciado el alcalde días atrás.
Desde la concejalía de Servicios Sociales advirtieron, no obstante, que estas plazas se pondrán a disposición del Sistema Estatal de Acogida que regula el Gobierno de España. En este sentido, el Ayuntamiento hizo un llamamiento a la cautela.
«Aunque es lógico que haya muchas personas que decidan ir a buscar a sus familiares a la frontera con Polonia, es necesario que entiendan que hay ciertos canales oficiales que hacen que la llegada sea ordenada. Y tienen que tener claro que la ayuda va a ser inmediata, que es cuestión de días», señaló la edil Sonia Rodríguez.
En cuanto a la ayuda humanitaria que están recolectando muchas entidades particulares, recordó que en la actualidad «no existen corredores humanitarios ni almacenes para distribuirlo», por lo que es difícil que esas iniciativas tengan un destino útil. Por eso, recomiendan canalizar todo ese material a través de grandes asociaciones con experiencia en la zona.