Los malos hábitos de algunos turistas a la hora de estacionar sus vehículos en zonas prohibidas de Frías ha llevado al Ayuntamiento a tomar cartas en el asunto para controlar el tráfico, y cobrar por aparcar en las áreas habilitadas para ello. Los empadronados se librarán de la medida y los viajeros solo abonarán una cantidad simbólica que todavía está por definir «a partir de las dos horas» de estacionar.
Dos empresas preparan los presupuestos de las actuaciones requeridas para instalar barreras automáticas de control de accesos y un sistema de cobro en el párking de la zona baja del castillo y del entorno de Fuente El Endrino, ubicado a unos 400 metros del centro histórico. En el momento en el que estas presenten la documentación, la corporación realizará la selección y preparará el contrato.
La intención de los populares, liderados por Tomás Pérez, es que el proyecto se ejecute con la mayor rapidez posible, «a poder ser antes de la época estival», y comenzar a pedir una «cantidad simbólica que rondará el euro o euro y medio», explica el alcalde. Este plantea emplear el dinero recaudado en «construir nuevas áreas de aparcamiento o bajar algunas tasas, como el impuesto sobre Bienes e Inmuebles», aunque por el momento todo está en el aire.
A su vez, el municipio multa con 200 euros a los propietarios de turismos, furgonetas o motos que aprovechan cualquier rincón del casco histórico para aparcar. La ordenanza la aprobó la anterior corporación y desde que Pérez consiguió el bastón de mando se han interpuesto «unas 15 o 16 sanciones». El regidor asegura que la medida «ha surtido efecto» y que las calles se ven «mucho más bonitas despejadas de vehículos mal aparcados», añade. A pesar de que tiene constancia de que en ocasiones puntuales las plazas disponibles se «quedan cortas», por el momento «no hay intención de ampliar el número».
En Tobera. El vecino barrio de Tobera correrá mejor suerte. Los más de 80.000 turistas anuales que pasan por la Oficina de Turismo fredense «también se acercan a conocer las cascadas y la Ermita de Santa María de la Hoz», afirma el alcalde, que recuerda que la pequeña localidad carece de las infraestructuras suficientes para albergar tantos vehículos. Por ello, el equipo de gobierno pretende «construir» en una finca de propiedad municipal -ubicada a unos 400 metros del centro- un nuevo aparcamiento y unirlo a través de un paseo paralelo a la carretera. Los técnicos todavía no han realizado un estudio para conocer el número de plazas que ganará y también valorarán las posibles alternativas de incrementar las del entorno del Cristo.
El proyecto ha surgido después de Semana Santa, tras comprobar como algunos de los miles de turistas que acudieron a la localidad «no respetaron las normas y aparcaron sus vehículos incluso en la plaza, junto al parque infantil y dentro del complejo monástico», manifiesta con cierta indignación Pérez.
Los comerciantes y hosteleros, en contra. Los comerciantes y hosteleros con negocios en la calle del Mercado de Frías se muestran en contra de la medida que el Ayuntamiento pretende llevar a cabo para regular los accesos a las zonas de aparcamiento. En un escrito presentado en las oficinas municipales exigen «conocer más detalles del proyecto» al considerar que «puede crear un grave perjuicio para vecinos, veraneantes y clientes de estos establecimientos que recibimos visitas a diario».
A su vez, declaran que cobrar por aparcar afectará negativamente «al turismo». Por ello solicitan la paralización del propósito hasta que reciban información y puedan valorar.