La decisión está tomada. Los consorcios de la Variante Ferroviaria y de Villalonquéjar se disolverán después de 20 y 26 años de existencia respectivamente. El consenso entre el Gobierno municipal (PP y Vox) y la oposición (PSOE), que caminan de la mano en lo que todos los partidos con representación en el Ayuntamiento consideran como un asunto «de ciudad», es total y ya existe incluso el planteamiento de que sea la Sociedad de Promoción la que asuma la gestión de los entes en el momento en que se produzca la extinción.
No será hoy ni mañana ya que la idea es priorizar la renegociación de la deuda, una tarea que entienden que puede realizarse de una manera más ágil con los entes aún vivos, pero lo que nadie discute ya es que los consorcios han agotado su vida útil. Eso no lo cuestiona ni el Ayuntamiento, que ya de manera formal heredará tanto el activo (el suelo) como el pasivo (183,2 millones de euros del total de la deuda), ni tampoco la Fundación Caja de Burgos, la otra entidad que conforma el consejo rector de ambos entes.
(Más información, en la edición impresa de este miércoles de Diario de Burgos o aquí)