El Campamento Municipal de Turismo de Covarrubias permanecerá cerrado hasta el 23 de marzo. Durante este tiempo, el Ayuntamiento de la villa rachela acometerá una serie de actuaciones que permitirán la apertura del complejo para la primavera en las mejores condiciones posibles y también volver a ofertar la piscina y el bar, dos instalaciones de las que el año pasado no pudieron disfrutar los usuarios.
La gestión de este cámping fue uno de los primeros obstáculos a superar que se encontró la nueva corporación del Ayuntamiento de Covarrubias cuando asumió la Alcaldía en junio del año pasado. Solo unos meses antes, y ante una gran presión vecinal, el Pleno había decidido no renovar el contrato a la persona que venía explotando el complejo durante los últimos 25 años por el descontento generalizado que había generado su trabajo. «Las instalaciones están muy deterioradas y él no es capaz de mantenerlas en condiciones», expresaron en su día algunos residentes.
Se decidió entonces que su administración recayera directamente en el Ayuntamiento, así que los usuarios habituales pudieron seguir haciendo uso del cámping durante el año 2023, pero no del bar, ni de la piscina. No dio tiempo a reparar la segunda ni a preparar un pliego para la gestión de la primera, de la que antes se encargaba el adjudicatario.
Con la intención de que este verano la situación sea muy diferente, el Ayuntamiento de Covarrubias comenzó a trabajar en labores de mantenimiento y de mejora el 15 de enero, para con medios propios acometer trabajos de poda, repintado de vallas, mejora de la carpintería exterior del bar, recuperación de la zona infantil y restablecimiento del césped de todo el cámping, entre otras, como detalla el alcalde, Raúl Gredilla. «Hemos empezado pronto con la idea de poder llegar a tiempo y hacer ese lavado de cara a todas las zonas comunes», apunta.
Iluminación. Por otro lado, gracias a una ayuda de eficiencia energética, se ha procedido a la renovación de la totalidad de la luminaria del complejo turístico, «que estaba muy obsoleta». En este caso, según Gredilla, ya se ha ejecutado la obra, que ha supuesto una inversión de 20.000 euros, el 60% de ellos subvencionados y el 40% restante aportado por el Ayuntamiento, cuyos operarios son los que desarrollan las labores.
Mientras avanzan las obras, el Ayuntamiento medita la forma de explotación de la piscina y del bar. «Estamos barajando diferentes opciones, sobre si se hará de modo conjunto o no. Tenemos que ver cuál es la mejor forma para que sea operativa esa gestión. La idea es que cuando arranque la temporada de verano estén abiertas ambas», añade.