El escenario Charco gana adeptos en plena ola de calor

I.M.L. / Aranda
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La variada oferta musical atrae a un público que huye de las apreturas de la plaza del Trigo, que encuentra en el parque junto al río Arandilla un espacio más o menos verde, sombra y espacio para todas las edades

El escenario Charco gana adeptos en plena ola de calor - Foto: Roger Roque

Cuando los termómetros rozan los 30 grados al filo del medio día, pero el cuerpo sigue pidiendo música en directo, en Sonorama Ribera se ofrece una alternativa para aquellos que no se encuentran con ganas de apelotonarse en la plaza del Trigo. El escenario Charco, en el parque de la Isla junto al río Arandilla a su paso por Aranda de Duero, se han convertido ya en la opción elegida por más gente para disfrutar de las mañanas festivaleras. La sombra de los árboles y el césped es lo primero que se llena, con un público con edades como las de los juegos de mesa familiares, de 0 a 99 años, o casi. Grupos de amigos se entremezclan con familias, ya sea de padres con niños pequeños que les enseñan a vivir la música en directo o hijas adolescentes que comparten camisa floreada con sus padres, todos bien pertrechados con neveras repletas de comida y bebida fresca, como si fuesen a pasar un día a la piscina, pero con el agua en las pistolas de agua que rellenan en la fuente pública.

Estos festivaleros familiares comparten espacio con los que acuden sí o sí a los conciertos, aunque estos últimos ocupan las primeras filas frente al escenario, que se van multiplicando de forma exponencial según avanzan las horas y el cartel, hasta no importar si hay sombra o no en la que resguardarse. Lo principal es vibrar con las actuaciones en directo, que de eso también trata un festival como Sonorama Ribera.

El escenario Charco gana adeptos en plena ola de calor
El escenario Charco gana adeptos en plena ola de calor - Foto: Roger Roque

La oferta musical del escenario Charco es como un viaje de sonidos. Se puede empezar la mañana en Ecuador con el indie rock de Mamá Vubú para saltar a Chile con el rapero Drefquila y regresar a España, concretamente a Salamanca, de donde llegaron los Miniño con su noise pop. Ese era el arranque del cartel de la segunda jornada de este escenario, segunda y media del festival arandino, que completó la tarde con el pop en euskera de Bulego, el folk alternativo del coruñés Carlos Ares y el rock de los cántabros Calizo.