Capataces, pulpo a la vinagreta, bonito con anchoa... y cientos de gildas, colocadas con minuciosidad, protagonizaron su barra durante décadas. Primero, en el antiguo Orfeón, negocio que regentaba la familia y en el que comenzó a trabajar cuando terminó el servicio militar, y, después, en la Bodeguilla de Santa Clara, a donde se trasladó tras tener que dejar el primero, en la calle San Lorenzo, después de más de 30 años al frente de este emblemático bar junto a su primo, José Ignacio Galarón (Nacho). Toda una vida dedicada a la hostelería, que ayer se quedaba huérfana.
La noticia del fallecimiento de Juan Carlos Sierra Galarón, Carlos como siempre le llamaban, se conoció ayer por la mañana, conmocionando a compañeros del sector y amigos, pero también a una extensa clientela que abarca a numerosas generaciones de clientes burgaleses. «Era una gran persona que ayuda a todo el mundo», recordaba Nacho sin dejar de resaltar su capacidad de esfuerzo porque fue «cien por cien trabajador».
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