A lo largo del pasado año, la Policía Local se puso el reto de terminar con algunas conductas irregulares en materia de tráfico más allá de los excesos de velocidad. Estacionamientos incorrectos, doble fila y control de los pasos de peatones fueron sus principales objetivos. A nivel de sanciones, este trabajo se ha notado según se desprende de la memoria presentada ayer por el concejal de Seguridad Ciudadana, Ignacio Peña, junto al intendente jefe del cuerpo, Félix Ángel García Llorente. El balance refleja un incremento considerable de las multas hasta alcanzar las 56.906, la cifra más alta de los últimos cinco años. Se incrementaron especialmente las impuestas por el multacar y las de los agentes.
Lo primero que llama la atención de esta estadística es que, a pesar de la señalización de los foto rojo, el número de denuncias no sólo no disminuye, sino que crece. De las 7.668 de 2022 se pasó a las 8.100 del pasado ejercicio. También resulta curioso el ligero repunte en los radares fijos (285 más), pues la ubicación de los cajetines es de sobra conocida por los conductores de la ciudad. Por su parte, descendieron a más de la mitad las del móvil.
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