La construcción de la central de biomasa que producirá electricidad, calor y frío a partir de los residuos de bosques y aserraderos de la región y que promueve la fábrica burgalesa de L’Oréal en sus terrenos de Villalonquéjar acumula un nuevo retraso, a pesar de que la dirección de la planta de productos cosméticos lo considera estratégico para reducir casi al 100% sus emisiones de dióxido de carbono y su gasto en consumo energético. En un principio estaba previsto que el proyecto, que se presentó en enero, comenzara a construirse en marzo, después se habló de junio y ahora fuentes de la firma descartan hablar de nuevos plazos aunque sostienen que sigue en marcha y que se construirá.
La importancia de este proyecto radica en que se trata de la primera central de trigeneración (electricidad, calor y frío) que se construye en España para usos industriales y que no solo abastecería a L’Oréal, sino que otras fábricas del polígono también podrían beneficiarse de la producción energética generada a partir de residuos de bosques y aserraderos. De hecho, a primeros de mayo la dirección de la fábrica cosmética tenía constancia de que había dos o tres fábricas interesadas en el plan, que promueve la multinacional francesa pero que gestionará y financiará una empresa mixta y participada por la Junta que se llama Biocen. En este sentido, el retraso de marzo a junio se explicó porque el cambio de legislación en materia de subvenciones a la electricidad generada, entre otras cosas, por cogeneración, había obligado a Biocen a replantearse el modelo. Ahora, la empresa rechaza indicar cuáles son las causas del nuevo retraso.
Doce millones
Hay que tener en cuenta que Biocen (empresa participada por Cenit Solar, Polytechik, Somacyl, el Ente Regional de la Energía de Castilla y León y la Junta) se comprometía a construir y explotar la central con un presupuesto inicial de 12 millones de euros. L’Oréal, en cambio, contribuye al proyecto facilitando aproximadamente 5.000 metros cuadrados de terreno ubicados junto a su fábrica de la calle López Bravo en Villalonquéjar e invirtiendo unos dos millones y medio de euros para adaptar sus instalaciones al nuevo suministro. Así, y siempre según el acuerdo inicial, la fábrica cosmética recibiría el 70% de la producción, porcentaje suficiente para cubrir los 12 megavatios que consume al año, mientras que el 30% restante se dejaría para otras empresas interesadas.
Aunque L’Oréal no facilita información sobre los motivos por los que no ha sido posible empezar la construcción, sostienen que su intención es que el próximo año pueda estar funcionando. El propósito inicial era que estuviera en marcha el próximo mes de noviembre, un plazo ya del todo inalcanzable.