Las lluvias caídas este fin de semana, si bien deslucieron parcialmente ayer la Fiesta de la Vendimia de la Ribera del Duero podrían contribuir a incrementar ligeramente una cosecha de uva que se augura de buena calidad pero que según apuntaron en Sotillo de la Ribera algunas fuentes, como la Unión Regional de Cooperativas Agrarias de Castilla y León (Urcacyl) antes de las precipitaciones se estima que podría estar entre un 10 y 15% por debajo de la del año pasado, cuando se recolectaron 86,2 millones de kilos.
Aunque algunos bodegueros y viticultores apuntan su temor a que si persisten las lluvias y llega el calor se puedan presentar algunos episodios de botrytis (podredumbre), el presidente del Consejo Regulador, Enrique Pascual, restó importancia al agua caída y señalaba que no tiene por que afectar a la calidad de una campaña que se prevé pueda arrancar en torno al puente del Pilar. «Que llueva en este tiempo es normal. Otra cosa es que se dedique a llover todos los días, pero en principio esto es algo que está dentro de la normalidad. No tiene que haber ningún problema en la calidad y, si aumenta o no aumenta la cantidad eso el tiempo lo dirá», manifestaba.
Pascual asistió ayer a la XXXV Fiesta de la Vendimia que por segunda vez en su historia acogía la localidad sotillana, que ya hizo de anfitriona en 2004. Una celebración que rendía así homenaje a un municipio con una gran tradición vitivinícola de calidad, como recordó su alcaldesa, Adela Barreiro, -el rendimiento de sus viñedos era tan alto que en 1761 los vecinos consiguieron pagar el precio para dejar de ser vallados del marqués de Iturbieta- de la que son exponente en la actualidad siete punteras bodegas elaboradoras.
La lluvia obligó a celebrar tras la misa en la iglesia el acto institucional, en el que el presidente de la Diputación, César Rico, destacó que la fiesta constituye un acto de apoyo a todas las personas relacionadas con este sector «cuya contribución al PIB de la provincia es muy importante» , fija población y crea riqueza en el medio rural y vende en todo el mundo una imagen de Burgos de calidad. Un sector al que recomendó «reinventarse porque la competencia es importante».
Este año la encargada de pronunciar el pregón fue la dominicana Alba Nelly Rosso, sumiller del Restaurante Ojeda y presidenta de la Asociación de Sumilleres de Burgos, quien se mostraba encantada con la designación. Expresó su gran cariño por las gentes ribereñas, recordando que precisamente la primera vendimia que visitó en España fue precisamente en Sotillo de la Ribera allá por el año 2004, y mostró su gran pasión por los vinos de esta tierra «que son envidiables, tienen una calidad impresionante y mejoran año tras año, no tienen nada que envidiarle a ningún vino del mundo». Unos caldos de lo que asegura que a partir de ahora va a ser más embajadora si cabe allá por donde vaya.
En esta edición se nombró Bodeguero de Honor al ingeniero burgalés José Luis López Gómez, Premio Inventor Europeo 2013 en su categoría de Premio Popular, quien confesó que jamás hubiese pensado que cayese sobre él esa distinción. Confesó que cuando recibió el galardón en Amsterdam manifestó que había que innovar siempre, unas palabras de que las que ayer se arrepentía parcialmente «porque me refería la industria «porque los de la Ribera lo tienen difícil porque está todo muy sofisticado y es difícil mejorar el vino de Ribera». Y defendió que allá por donde ha ido ha sido emisario de la bonanza de los caldos ribereños, de Burgos «y cuando ha sido oportunidad de Castilla y de España».
PISADO. El cielo concedió una tregua y permitió realizar el tradicional pisado de la u va en la plaza de Abajo y degustar el primer mosto de la cosecha, que según todos los que lo probaron promete mucho.
En el transcurso de la jornada tuvo lugar el XXXIV Concurso de Catadores de Vino, con una de las inscripciones más altas de los últimos años. Entre los 24 participantes, cinco de ellos mujeres, coparon el podio, por este orden, tres sotillanos: Alfonso Cuesta Casado., Javier Arroyo García y Miguel Ángel Herranz Meruelo.
Tras una paellada popular, la actuación del Grupo de Danzas Burgalesas Justo del Río puso el broche a la jornada.