Imperio de la luz en la Cabalgata de Reyes

C.M.M. / Burgos
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Los efectos de iluminación y las coreografías de los participantes llenaron de ilusión las miradas de las 30.000 personas que acudieron a ver las catorce carrozas y aguantaron los intermitentes chubascos

Los efectos de iluminación y las coreografías fueron el denominador común del espectáculo. - Foto: Luis López Araico

La Cabalgata de Reyes es la traca final de las fiestas navideñas, refleja como pocos momentos la mirada mágica de los niños e incluso devuelve algún destello de ilusión a los más mayores. Como de costumbre, la comitiva burgalesa salía de la Avenida Derechos Humanos a las 18 horas para recorrer toda la calle Vitoria, que momentos previos al desfile ya había reunido a más de 30.000 personas, según las estimaciones de Protección Civil.

En total, 32 escenas y 14 carrozas tenían la misión de escoltar a Sus Majestades y ofrecer un espectáculo sorprendente. Las compañías eran variadas, cada una con su estilo propio: de la elegancia de los ciervos de la compañía francesa Remé Ménage, el juego con el viento de los bancos de peces de Aerosculture o los títeres de los portugueses Marioneta, al ambiente festivo de las Peñas Los Chamarileros, Blusas del Metal, Colón, Real y Antigua de Gamonal y Colón.

Como representación de la vida cotidiana burgalesa, desfilaron los 150 alumnos de la Escuela de Circo Burgalesa con bolos, platos y pelotas, que escoltaron una estrella de 12 metros iluminada con 4.000 bombillas de bajo consumo. También patinaron por el asfalto los cisnes del Club de Patinaje Artístico Slide, las mariposas del Club Patinaje Artístico Ciudad de Burgos; y recogieron chupetes y carbón los duendes escoltados por unas carrozas diseñadas por el artista local Cristino Díez.

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Los efectos de iluminación y las coreografías fueron el denominador común del espectáculo.
Los efectos de iluminación y las coreografías fueron el denominador común del espectáculo. - Foto: Luis López Araico
Los efectos de iluminación y las coreografías fueron el denominador común del espectáculo.
Los efectos de iluminación y las coreografías fueron el denominador común del espectáculo. - Foto: Luis López Araico
Los efectos de iluminación y las coreografías fueron el denominador común del espectáculo.
Los efectos de iluminación y las coreografías fueron el denominador común del espectáculo. - Foto: Luis López Araico
Los efectos de iluminación y las coreografías fueron el denominador común del espectáculo.
Los efectos de iluminación y las coreografías fueron el denominador común del espectáculo. - Foto: Luis López Araico

Como colofón de la Cabalgata, los Reyes Magos fueron recibidos en la Plaza de Mío Cid por los Danzantes de Burgos mientras adoraban al niño Jesús. Melchor pidió "cariño y responsabilidad" con las mascotas, Gaspar puso como tarea "ser obediente, hacer la tarea y escuchar a los profesores" y Baltasar agradeció que "Burgos siga siendo una ciudad abierta y acogedora". Sus Majestades se retiraron de los balcones del Teatro Principal entre una lluvia de confeti y ante los gritos de júbilo de los más pequeños, que no tardaron en abandonar las calles para prepararles los mejores brevajes antes de irse a la cama.