El gerente del HUBU, José María Romo, hizo oficial ayer en un escrito -que pretendía ser interno pero que a mediodía había llegado al correo electrónico de media provincia- lo que hasta ese momento era una realidad solo de puertas para adentro del hospital: la existencia de dos bloques enfrentados; sobre todo, entre los cargos intermedios. Por una parte, quienes apoyan la labor y las formas de la dirección del hospital por acción u omisión y, por otro, quienes no lo hacen. Romo considera que entre estos últimos está el exjefe de Oncología, Carlos García Girón, a quien acusa de querer «dañar a la dirección», además de decir de él que «la arrogancia debe tener un límite» y que tiene afán de protagonismo.
Como conclusión del texto, dirigido por correo electrónico a jefes de servicio y supervisores de enfermería para que trasladaran el contenido, Romo alaba a los profesionales que, especifica, «han demostrado respetuosamente su capacidad y dedicación antes y durante la pandemia, y que continuarán haciéndolo hasta su jubilación, por vocación y sin la necesidad de un inagotable protagonismo».
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