El terror de las aseguradoras y un chollo para los talleres de reparación. Esa es la glorieta de Jorge Luis Borges, la más peligrosa de la capital, donde se registran cerca de 50 colisiones al año, por fortuna la mayoría con consecuencias leves para los ocupantes de los vehículos. Tráfico lo ha intentado todo para reducir su siniestralidad, cambiando la frecuencia de los semáforos, con inteligencia artificial, pero no hay manera. Así que la Policía Local va a proponer que se convierta en una turborrotonda.

¿En qué se distingue el modo de circular en una glorieta y en una turborrotonda? La principal diferencia es que, en cada carril de una rotonda 'turbo', el tráfico va encauzado, con líneas continuas pintadas en la calzada, hacia distintas salidas, de tal forma que no es posible hacer la plaza completa por el carril exterior. El conductor, antes de entrar debe saber hacia dónde se dirige. Si va por el carril derecho las señales viales le van a señalar el camino para que abandone la glorieta en la primera salida, sin opción de que continúe. Si va a seguir recto o hacer un giro de más grados debe saber que tiene que acceder por los carriles central o izquierdo. En ellas rige la misma norma: los vehículos que circulan dentro tienen prioridad sobre los que pretendan acceder, según señala la DGT.

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