Martínez calma la transición y deja a Tudanca como portavoz

David Alonso
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El secretario general electo y el saliente escenifican en un acto conjunto la «unidad» y garantizan una transición con una «coordinación extrema» tras el relevo al frente del PSOE autonómico

El secretario general electo del PSOE de Castilla y León, Carlos Martínez, y el saliente Luis Tudanca, comparecen ante la prensa. - Foto: Miriam Chacón (Ical)

El Partido Socialista de Castilla y León tira de aguja e hilo para coser cualquier herida que pueda seguir supurando tras meses de refriega interna y pone algodones en el suelo para que la transición tras la década 'tudanquista' no sea traumática. Y el primer gran paso es la continuidad del secretario general saliente, Luis Tudanca, como portavoz del Grupo Socialista en las Cortes. Es una petición expresa de su sucesor, Carlos Martínez, que se niega a «desaprovechar la experiencia» del burgalés al que, a pesar de haber asegurado que se ha ganado el derecho a decidir dónde quiere estar, le ha encomendado que continúe ocupando el primer escaño de la oposición parlamentaria. ¿Hasta cuándo? No hay una fecha exacta sobre la mesa y la respuesta se limitó a «unos meses».

Ambos han querido escenificar esa transición «tranquila» y «ejemplar» dentro del partido con una rueda de prensa conjunta en la sede autonómica en la que no han faltado elogios y agradecimientos mutuos. Uno con traje y corbata, el otro en americana y vaqueros, se afanaron en enterrar cualquier sombra de ajustes de cuentas interno y exhibieron su «unidad» bajo la bandera de lograr el primer gobierno socialista en Castilla y León en cuatro décadas.

«¿Os imagináis que ahora digo que no...?», ironizó Tudanca entre risas tras el anuncio de su continuidad al frente de la portavocía parlamentaria como un «gesto de generosidad», que no tiene fecha de vencimiento pero que tiene visos de temporal. «Como lo que quiero es que el PSOE vaya bien pues lo que él me pida», resumió un Tudanca visiblemente relajado que volvió a ponerse al servicio del nuevo secretario general y le garantizó su apoyo y el de «todo el partido». Un movimiento con el que el Carlos Martínez calma la transición en la federación socialista, apacigua los miedos a cambios bruscos en el seno del Grupo Parlamentario tras la salida de Tudanca, y se asegura una voz más que experimentada para los careos con Alfonso Fernández Mañueco.

«Es un traspaso que se tiene que hacer con extrema correlación y se hace indispensable que haya una relación estrecha entre la ejecutiva entrante, la saliente, y el grupo parlamentario», avisó el alcalde soriano, consciente de la importante conexión entre el nuevo liderazgo y las Cortes en esta nueva etapa con Tudanca como portavoz sin liderazgo autonómico.

Mientras, sigue sin dar pistas sobre las caras que integrarán su nueva Ejecutiva o los cambios que realizará en el Grupo Parlamentario cuando llegue el momento: «Haremos los cambios que haya que hacer cuando se tengan que hacer, ahora hay que tener claro el proyecto común». Un proyecto común que desde este viernes explicará a las principales agrupaciones socialistas de la Comunidad con una gira para la que también ha pedido la participación de Tudanca.

Martínez se reunirá con Mañueco tras el Congreso Autonómico

«Antes de que me preguntéis, sí, ya he hablado con Alfonso Fernández Mañueco», reconoció entre risas el nuevo secretario general del PSOE de Castilla y León, Carlos Martínez, durante la rueda de prensa. Una conversación que se produjo desde el «respeto» y la «educación» institucional y en la que ambos dirigentes acordaron reunirse tras el Congreso Autonómico del PSOE de finales de febrero. La condición, dijo el alcalde de Soria, será abordar la forma en que su partido puede «apoyar y colaborar» si de verdad se quiere «trabajar en serio». «Si de verdad nos ponemos a trabajar en serio, si nos damos la mano y desarrollamos pactos de comunidad, podemos hablar en cualquier momento porque nosotros vamos a estar», advirtió Martínez, que avisó al presidente de la Junta que no aceptarán «engaños» como los que, según él, recibe el PSOE del dirigente autonómico.

Carlos Martínez afiló su crítica contra la gestión de Fernández Mañueco y consideró que esta es la legislatura de la «inacción, la desidia y el desinterés», además de la «inestabilidad», en la que aseguró están «muy cómodos» en el PP y a la que se suma Castilla y León. A su juicio, esto se debe a que la rendición de cuentas es «difícil» para quien a «nada se compromete» y no elabora unos presupuestos, que ni si quiera se registran y se publican de una forma «ficticia» para hacerles correr tras una «liebre de trapo». En este sentido, consideró que esas cuentas para 2025 eran un «corta y pega» de los presupuestos anteriores, sin que se plantearan soluciones para resolver los problemas. «No había absolutamente nada, ni interés en negociar», lamentó Carlos Martínez.