«Soy ganadera y viticultora. En el campo cabemos todos»

L.N. / Zazuar
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Marta Llorente, que trabaja en Zazuar, rechaza el posicionamiento del Consejo Regulador en contra de las macrogranjas y defiende que no existen incompatibilidades entre cerdos y viñas

Llorente en plena faena en su granja de porcino en la localidad de Zazuar. - Foto: M.L.

A Marta Llorente le ha tocado la fibra el comunicado que lanzó hace unos días el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Ribera del Duero en contra de las macrogranjas y las plantas de biogás dentro de su territorio. Ella trabaja como ganadera de porcino en la localidad ribereña de Zazuar. Y también está inscrita como viticultora en la propia DO. Así que como buena conocedora de ambos sectores asegura no entender los «ataques constantes» que, a su juicio, sufren las explotaciones de cerdos. 

Tiene claro que «el campo es muy grande» y defiende que «aquí cabemos todos». Dicho de otra manera. En su opinión, no existen incompatibilidades entre el porcino y el viñedo y si algo subraya es que no sólo la viticultura genera economía y riqueza en la Ribera del Duero. Así, en tono irónico, apunta que aunque «nuestras granjas no son tan bonitas como las preciosas bodegas que hay a pie de carretera, son negocios tan válidos y tan necesarios o más». 

Por eso ha decidido alzar la voz y romper una lanza a favor de quienes trabajan en la ganadería, ya que considera que se encuentran «en el punto de mira» a pesar de que «si no se cumple con la estricta normativa (que establece la Junta de Castilla y León), nadie instala una granja», como afirma rotunda. 

De ahí su malestar con las palabras del Consejo Regulador, tras asegurar que «no entienden, ni pueden compartir que se establezcan negocios porcinos en entornos que se caracterizan por su importancia medioambiental, patrimonial y cultural». Porque estos, según añadieron en una nota de prensa, ponen «en serio riesgo la subsistencia de los proyectos vinícolas, a los que de alguna manera invaden, y dificultan el desarrollo de futuros proyectos enoturísticos que contribuyan al crecimiento económico y social de la zona».

Pues bien, Llorente, que lleva seis años trabajando en el sector porcino y que cultiva 23 hectáreas de viñedo junto con su marido, rechaza por completo que una cosa excluya la otra y, en una reflexión que ha compartido en sus redes sociales, remarca:«Dicen que las granjas se deberían implantar en cualquier otro sitio fuera de la Denominación de Origen. Pero, señores, yo vivo en Zazuar, tengo mi explotación agroganadera en Zazuar y no tengo porqué irme de mi casa, de mi tierra, a montar una granja porque a las bodegas les molesten los animales». Y añade:«Defiendo y defenderé siempre las bondades de los cerdos y el vino, pero nunca lo haré atacando a parte de mi sector primario». 

Más críticas. Esta viticultora y ganadera, que estudió Administración yFinanzas y que decidió imprimir un giro de 180 grados a su carrera profesional tras ser despedida por su embarazo, va un paso más allá y plantea al Consejo Regulador «por qué no defiende también las muchas reivindicaciones de los viticultores de no permitir plantaciones con derechos de fuera de la DO», algo que parte del sector lleva años reclamando para evitar «un exceso de producción».