Inés Praga

Esta boca es mía

Inés Praga


Los políticos

09/02/2025

Ya sé que están Uds. de ellos hasta el gorro, pero no resisto la tentación de dedicarles una columna, aunque no voy a mejorar la baja estima que les tenemos. Y aclaro desde el principio que estas líneas abarcan a todos por igual: izquierda, derecha, centro y mediopensionistas. He leído recientemente Historia universal de las soluciones (2024), del filósofo José Antonio Marina, y de ahí han surgido algunas de las ideas de este texto. La más importante, sin duda, se encuentra en el subtítulo: En busca del talento político, que deja claro que no todo el mundo vale para esta tarea. Muy al contrario, la política requiere una inteligencia práctica y resolutiva claramente ausente hoy en día.

Hay quien comienza su andadura en la temprana juventud, haciendo de la política un medio y un modo de vida. Grave error, porque difícilmente podrá prestar un servicio público eficaz quien no posee oficio o empleo reconocido y experiencia laboral probada. Y esto incide poderosamente en su desconexión de la realidad, reforzada por la endogamia de los partidos a la hora de repartir poder. Pocas veces oímos hablar de atraer talento o reclutar profesionales independientes de prestigio, sino de luchas intestinas para premiar años de militancia, compadreo y/o servilismo, sin valorar la idoneidad del elegido. Por eso no debe extrañarnos la mediocridad que nos rodea: la política es una de las escasas actividades donde no suele exigirse un currículum ni hay que demostrar talante y talento para un cargo, a veces de enorme responsabilidad. Coincido con Marina en que todo mejoraría si su objetivo fuera buscar soluciones y no el mero ejercicio del poder sin fecha de caducidad. Porque, ¿qué me dicen de ese trasiego indiscriminado de cargos -de la Consejería de Cultura pasan a la de Agricultura, por ejemplo- que cronifica a muchos en el sillón? Un tiempo limitado e improrrogable -8 años- ventilaría el ambiente. Parece además que la política imprime carácter, como el sacerdocio, porque muchos mantienen de por vida su condición de 'ex' que les abre muchas puertas, sobre todo giratorias. Qué diferencia con el resto de la ciudadanía, donde lo normal es retirarse sin prebendas a una vida anónima. 

El perfil de quienes se dedican a la política, cómo se entra en ella y cómo se sale, son tres cuestiones claves que deberían revisarse. Hay honrosas excepciones, por supuesto. Pero no bastan frente al nivel de indignidad que exhibe el resto.  

ARCHIVADO EN: Política, Empleo, Agricultura