Pese a las dudas iniciales de uno de los cinco acusados, el grupo de narcotraficantes que almacenaba droga en sus domicilios y surtían a media provincia reconocieron ayer los hechos ante la Audiencia Provincial para acordar una rebaja de las peticiones de cárcel que solicitaba el Ministerio Fiscal. De los nueve a los que en un principio se enfrentaban, pactaron penas de entre uno y seis años de prisión. Además, se suspendieron las condenas de tres de ellos.
Tanto S.B.L. como L.E.A. pactaron un año y medio de cárcel y la suspensión con la condición de no volver a delinquir hasta 2026. Por su parte, S.A.G. logró rebajar la pena hasta los cuatro, pero tampoco entrará en prisión con la condición de no volver a cometer infracciones penales y seguir el programa de tratamiento contra la drogadicción. Este último salió del penal nada más terminar la vista.
Por su parte, los considerados como cabecillas de este grupo delictivo, los hermanos A.H.A. y P.H.A., se conformaron con una pena de seis años de cárcel, donde permanecen desde que fueron detenidos en la primavera del año pasado. Para ellos la petición también era de nueve.
El acuerdo supone reconocer los hechos que reflejaba la calificación del fiscal, según la cual A.H.A. realizaba las tareas de venta de sustancias estupefacientes a una «amplia cartera de clientes». También recaudaba el dinero que posteriormente entregaba a su hermano, P.H.A., quien se ocupaba del aprovisionamiento y almacenamiento de las sustancias. Las parejas de ambos colaboraban en las labores logísticas y de venta, mientras que S.A.G. ofrecía droga a una «pluralidad de compradores» en diferentes puntos de la provincia.
Durante una vigilancia al domicilio de Villímar en el mes de febrero de 2023, los agentes de la Benemérita vieron cómo a eso de las 9 de la mañana un comprador habitual accedía a la casa y, tras unos minutos, salía y se montaba en su coche. Una vez en el interior del habitáculo, observaron que se reclinó ligeramente durante unos segundos, se reincorporó frotándose la nariz y arrancó el vehículo. Acto seguido, inició la marcha hacia el Polígono de Villalonquéjar, donde los investigadores le dieron el alto.
Una vez detenido el coche, los guardias civiles le informaron de que le iban a realizar la prueba de alcoholemia y sustancias estupefacientes. En el test de drogas, dio positivo en cocaína.
El Juzgado de Instrucción número 3 de Burgos autorizó la entrada y registro en el domicilio de Villímar, en otro cercano, en el de Lerma y en un trastero. En las inspecciones se incautaron un total de cinco kilos de cocaína, más de 12 kilos de cannabis, casi 400 gramos de MDMA y 7,42 gramos de THC.