Un futuro de ciencia y ficción

I.L.H. / Burgos
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En 'De la caverna al cosmos' Eudald Carbonell vaticina un mundo donde la IA nos hará transhumanos, viviremos en la Luna, Marte y otras zonas del espacio después de una glaciación que habrá mermado a la especie

Eudald Carbonell publica 'De la caverna al cosmos' este miércoles y lo presentará en marzo. - Foto: Patricia

Eudald Carbonell ha hablado en muchas ocasiones del futuro de la humanidad desde un punto de vista científico, pero en el libro De la caverna al cosmos (RBA) se permite elucubrar sobre lo que pasará dentro de un siglo y de 500 años combinando ciencia y ficción. 
Igual que Julio Verne se imaginó el viaje a la Luna antes de que fuera una realidad, el vicepresidente de la Fundación Atapuerca y director del Centro de Investigación Emiliano

Aguirre vaticina lo que ocurrirá con la humanidad en el futuro del futuro basándose en lo que sabe sobre evolución. «Me baso en datos actuales y en los procesos históricos. Es un futuro que no sabemos cómo será, pero que se está perfilando con la crisis actual, una crisis estructural, económica, social e ideológica. Es una crisis de especie, una especie que va hacia el transhumanismo», que no es otra cosa que la mejora artificial.

En ese mundo que predice habrá cuatro o cinco especies: la no alterada genéticamente, la alterada, los cíborg y los creados desde cero. «La diversidad será fundamental», sostiene. «No seremos sapiens, por supuesto. Tendremos un funcionamiento parecido porque la inteligencia artificial y creativa generará lenguajes y logaritmos que nos permitirá conectarnos entre nosotros». Llegaremos ahí después de un caos que ocurrirá «en 15 o 20 años» y a continuación «vendrá el equilibrio y el futuro». «Después del caos nos daremos cuenta de las barbaridades que hemos hecho y empezaremos a actuar de forma humana». 

Esa revolución científico-técnica acabará con un 20% de la población, «como ocurrió con la revolución industrial, que se llevó a 300.000 personas en una época en la que eran 1.400 millones». Yquienes sobrevivan lo harán en un clima muy, muy frío. «El cambio climático es coyuntural. Quedarán 40 o 50 años, pero viene una glaciación muy fuerte». 

En ese pronóstico para dentro de 500 años Carbonell augura que la humanidad tendrá «un sexo más virtual que real» y la reproducción de la humanidad «será en un laboratorio, de forma organizada y sistematizada», añade recordando que la clonación con ratas ya se está haciendo y que esa opción cambiará notablemente el panorama.

La vida se llevará a cabo no solo en la Tierra, sino en el espacio. «En la Luna enseguida la veremos; en 10 años las bases primeras estarán allí, y en Marte, en 20.  Pero la socialización de los viajes estelares será mucho más adelante». La humanidad entonces no se preguntará 'de dónde venimos'. Como mucho, 'a dónde vamos': «Cuando se conozca el origen del cerebro, que es lo que queda por conocer, y cuando estemos estableciendo mecanismos cuánticos para entender la fisiología humana, estaremos en otro espacio, seguramente en el origen de nuestra conciencia». 

Todo esto se lo plantea desde la trilogía que siempre maneja:el humanismo, el transhumanismo y el poshumanismo «porque la tecnología y la biología modificarán nuestros comportamientos, por lo tanto, nos alejaremos de lo que somos y pasaremos a ser otros seres».

Con tantas predicciones, considera que esta publicación, en el futuro, «será un libro de perspectiva». «Puedes acertar o no, pero por aquí van los tiros, porque, como digo siempre, la comunicación nos hizo humanos junto con la tecnología, y la comunicación, el lenguaje, los logaritmos y la tecnología nos hacen transhumanos». 

Carbonell es optimista y cree en todos estos cambios y en la capacidad de la humanidad para guiarse en el futuro con buen rumbo. «Somos humanos por azar. El azar hizo que tuviéramos inteligencia, que fuéramos conciencia, pero ahora somos tecnológicamente capaces de dirigir nuestro futuro». Por eso está a favor de estas propuestas «aunque de momento traigan el caos». «Otra cosa es -continúa- que no lleguemos a sobrevivir dentro de 500 años. Si nosotros no tenemos conciencia crítica de especie esperemos que las próximas especies la tengan».