Banco de pruebas de la UCI

R.M. / Burgos
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En la primera etapa se correrá sin pinganillos, y en la quinta solo dos corredores de cada equipo llevarán radiotransmisores. El organismo internacional busca generar mayor espectáculo y abrir las carreras

Banco de pruebas de la UCI - Foto: Valdivielso

La Vuelta a Burgos se convertirá en un campo de pruebas en los próximos cinco días. La UCI quiere llevar a cabo algunos cambios el uso del pinganillo, que entiende que encorseta algunas carreras y las atenaza bajo el control de los equipos más fuertes. Así las cosas, habrá dos jornadas experimentales en las que la organización internacional estará muy atenta y tomará nota de lo que suceda. El primer día de carrera, en la etapa entre Vilviestre del Pinar y Burgos, los equipos no podrán usar transmisores, por lo que no habrá comunicación directa entre los coches y los ciclistas. Posteriormente, en la última etapa entre Frías y el Condado de Treviño, solo dos corredores por escuadra podrán utilizar el intercomunicador.

Se trata de una serie de pruebas con las que la UCI quiere comprobar si las carreras cambian o no. La idea es dotar a la competición de más espectáculo, de hacerla más atractiva para el espectador y de mejorar el producto para que llame más la atención.

El punto de vista de los equipos es diferente. Siempre han defendido que el pinganillo es un importante instrumento de seguridad. A los corredores les pueden avisar de los peligros con antelación, al margen de que sirva para que en todo momento las instrucciones lleguen de forma precisa a los ciclistas.

«Toda información es buena para el corredor», defiende Julio Andrés Izquierdo, mánager general del Burgos BH, que no tiene muy claro que esta medida vaya a hacer que cambie demasiado el escenario. «Los equipos grandes tienen más posibilidades y cuentan con un gran número de personas en sus estructuras. Cada poco habrá alguien de esas escuadra para ir informando a los suyos para que subsanar esa falta de información».

Lo que no sabe la Vuelta a Burgos es por qué ha sido elegida por la UCI para hacer estas pruebas junto al Tour de Polonia, que se celebrará del 12 al 18 de agosto y en la que también se realizarán  este tipo de cambios en algunas de las etapas. «Nuestra ronda siempre ha sido pionera en cuanto a la innovación tecnológica y quizás por eso nos han elegido, aunque realmente no nos han dicho el motivo», explica Miguel Ángel de los Mozos, director de la Vuelta a Burgos, que está convencido de que habrá quejas de los conjuntos participantes.

zona de seguridad. La Vuelta a Burgos también aplicará una nueva norma que ya se llevó  acabo en el Tour de Francia. Se trata de la ampliación de la zona de seguridad en el final de las etapas cuya resolución sea una llegada masiva. Hasta hace poco se aplicaba la ley de los tres kilómetros y una vez atravesada esta pancarta todos los ciclistas acababan con el mismo tiempo independientemente de lo que ocurriera y cuándo llegaran a meta. 

La UCIha dado la posibilidad a las pruebas de ampliar este margen hasta los 5 kilómetros, algo que ya se llevó a cabo en julio en Francia.En esta ocasión la Vuelta a Burgos ha creído oportuno aumentar la zona de seguridad en la primera jornada, que será de 5 kilómetros lo máximo que permite la UCI. Esta norma pretende aumentar la seguridad en esos tramos finales de las carreras en los que hay tantos nervios.