Petri, Celia, José Ángel, Bustamante, Fran, Sonia, Clarisa, Beatriz... son las caras visibles de la Asociación Artístico Cultural de Pradoluengo Con Ton y Son. Cuando alguien tiene la genial idea de 'jugar' para darle la vuelta a una frase mil veces repetida para referirse a quien habla sin razón, sabe por qué lo hace, está mandando un contundente mensaje: sabemos lo que queremos y queremos hacerlo por nuestro pueblo. Ese fue el leitmotiv que impulsó a un grupo de jóvenes de la villa textil, jóvenes pero de edades diferentes, a crear una asociación para dinamizar la villa. Corría el año 2007 y los componentes de ese grupo dispar tenían 17 años menos que ahora, pero no se amedrentaron y ya organizaron el primer Encuentro de Malabares, una de sus señas de identidad, completada más tarde con dos proyectos más, la creación del grupo Samba Demanda y el Tambor Fest, este todo un referente de la música de las batucadas en todo el país, y gracias al cual, recalcan sus miembros, Pradoluengo se ha puesto en el mapa nacional.
Hoy, mientras nos cuenta su recorrido durante estos años en torno a un café en el bar Makoki, Petri de Pablo, la presidenta de Con Ton y Son, recuerda que no fue fácil iniciar aquella aventura, los vecinos confiaban poco en esos jóvenes y sus proyectos dinamizadores para la villa para lograr que esas actividades de fines de semana atrajeran gente de otras partes del país. Petri utiliza una expresión, «nos llamaban perroflautas», aludiendo quizás a su juventud, poca experiencia, estilo de vestir... vamos, que no creían en su capacidad de trabajo y esfuerzo. Se equivocaron por completo y el paso de los años les ha quitado la razón a los incrédulos y se la ha dado a ese grupo de entusiastas; muchos de ellos siguen viviendo en el pueblo o el entorno cercano desarrollando sus trabajos, y los que residen fuera, no suelen faltar los fines de semana.
Ahora los componentes de la asociación tienen el reconocimiento de todo Pradoluengo y a su causa se han sumado muchos vecinos, son unos 130 socios, y muchos los vecinos, niños, jóvenes y mayores que colaboran desinteresadamente en cada uno de los eventos que se celebran, sobre todo los dos más importantes y multitudinarios, el Tambor Fest y los Malabares, los fines de semana de mediados de marzo y junio, respectivamente, y que traen a decenas de participantes y artistas a la villa a los que hay que atender y 'mimar', además de que cada año crece el número de visitantes que ven las actuaciones.
Pero además, Con Ton y Son gestiona durante todo el invierno actividades que se desarrollan en la villa para todos los vecinos, cursos y clases de yoga, de pilates, bodyfitness o manualidades. Es decir son los auténticos dinamizadores de la vida social y cultural de Pradoluengo y sin ayudas públicas, recalcan, aunque tampoco les vendría mal la colaboración municipal; de hecho, quieren mantener un encuentro con el nuevo equipo municipal para abordar ese tema y plantear algunos proyectos que les ronda por la cabeza.
Ambiente circense. Atraídos por las artes y la música, aunque ninguno tiene carreras en esos campos -excepto Bustamante, que pertenece al grupo de teatro aficionado local-, su primer gran evento fue un festival circense, el Encuentro de Malabares. Para 'atar' bien todos los cabos se fueron a Herrera de Pisuerga y junto a quienes organizaban esa actividad circense en la localidad palentina elaboraron un proyecto similar para la villa textil. Aquel primer año llegaron a Pradoluengo Los Kikolas, Marta Luna, El Duende Eléctrico, la batucada Samba a la Brasa y hasta actuaron ellos, que ya habían creado el grupo Demanda Samba.
El Encuentro fue un éxito y ya no ha dejado nunca de tener continuidad, excepto los dos años de la covid, cada vez con más expectación. Además, entre los artistas se crean lazos de unión, así como con los organizadores y son ellos los que cada nueva edición quieren venir a Pradoluengo que, por otra parte, los atrapa por su belleza «y por como los cuidamos», dice Jessi Daspet, que forma parte de la junta directiva.
Lo mismo pasa con el Tambor Fest, ya a la vuelta de la esquina en su VIII edición, porque se celebra los próximos días 15, 16 y 17. Este festival nació en 2014, pero igualmente fue interrumpido en 2020 y 2021. El objetivo de la asociación era diversificar sus actividades e irlas desestacionalizando para animar el pueblo todas las estaciones De hecho, aquel año se llamó Demanda Samba Tambor Fest.
Y es que durante unos años, entre 2010 y 1019, varios de los componentes de Con Ton y Son formaron la agrupación Demanda Samba. Atraídos por el ritmo de las batucadas, se formaron participando en cursos en Burgos y Vitoria, e incluso trajeron un profesor a Pradoluengo que daba talleres intensivos un fin de semana al mes. Se compraron los instrumentos y se formó un grupo que acudió esos años a fiestas de los pueblos, a Burgos, festivales y encuentros. El último 'bolo' recuerda, fue en 2019, ya porque el grupo había mermado en gente.
Esa experiencia se acabó, pero afianzó más el Tambor Fest, tan conocido ya que las plazas se agotan en cuanto se anuncia, lo que demuestra el interés del mismo en todos los puntos de país.
Este año, el festival quiere dar protagonismo a las mujeres. Así, el día 16 habrá un taller con Uxua Echeverría y dos conciertos, con 4BOB y la dj La Curandera. Todos los grupos que participen en los talleres harán una exhibición y pasacalles por las calles el domingo 17.