Pueblo pequeño, cantina gigante

L.M. / Burgos
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Cantineros por la provincia de Burgos (6) | Con solo 14 vecinos, Alarcia presume de un negocio dedicado al asado argentino en el que Sandra Vallaud y Fernando D'Alessandro hacen las delicias de clientes de toda la Sierra de la Demanda

A través de los programas de repoblación, esta pareja de argentinos ha terminado regentando la cantina de Alarcia. - Foto: Miguel Ángel Portilla

A pesar de estar a miles de kilómetros de su Argentina natal, Sandra Vallaud y Fernando D'Alessandro confiesan sentirse en Alarcia «como en casa». Esta pareja llegó hace ahora dos años y medio hasta este pequeño pueblo enclavado en plena Sierra de la Demanda, donde los vecinos que viven durante todo el año casi se pueden contar con los dedos de las manos.

Regentar un bar en pleno casco histórico de Toledo provocó en ellos una animadversión hacia las altas temperaturas que desembocó en una mudanza hacia un clima algo más fresco. Tras ponerse en contacto con los programas de repoblación que ofrece la Diputación, conocieron que la cantina de Alarcia se encontraba en proceso de recepción de ofertas y no dudaron en pujar por su gestión.

«Andábamos buscando un sitio tranquilo en el que poder establecernos», explican ahora. De este modo, la opción de mudarse hasta este pequeño municipio fue un flechazo a primera vista. Junto a Sandra y Fernando llegó el padre de ella, que les echa una mano de vez en cuando en el bar.

Los vecinos, reconocen, les han recibido «muy bien». Arrancar una cantina en pleno mes de enero, a simple vista, podría parecer un reto mayúsculo. Sin embargo, esta pareja de argentinos se supo ganar prácticamente desde el primer día tanto a la clientela oriunda como a la foránea y puntual. «Debutamos con la olla podrida, un plato típico de la zona, y enseguida triunfamos», explican. La temporada de caza -en sus múltiples variedades- les permiten generar unos servicios extra que hacen del invierno una época no tan dura para la hostelería rural. La nieve y el frío, que en principio también podrían ser malos compañeros, son por contra el aliciente ideal para que centenares de vecinos de Burgos lleguen hasta Alarcia con ganas de pasárselo bien. «Le estamos ganando el pulso a Pineda», explican.

Metemos más horas que un reloj pero estamos felices. Nos encanta el frío»

Cuentan también con una gran terraza al otro lado de la carretera completamente cerrada y que permite atender a grupos grandes: así las cosas, Sandra y Fernando no se han quedado con los brazos cruzados y han aprovechado para organizar celebraciones de todo tipo, desde reuniones hasta cumpleaños. Este verano también han traído a un grupo de tango y milongas desde Burgos, mientras que la presencia de autocaravanas es también constante visto el enorme aparcamiento que hay enfrente. La pareja argentina, además de poner cafés, pinchos de tortilla o cocinar un suculento asado, se encarga de gestionar este recinto.

«Tenemos clientes en un radio de 40 kilómetros a la redonda, desde Villafranca Montes de Oca hasta La Rioja», confiesan. Entre las especialidades que elaboran dentro de su cocina, además del famoso asado argentino que tanta fama tiene a lo largo y ancho de la Sierra, destacan también las pizzas caseras de toda clase y sabor. Empanadas, milanesas o hamburguesas completan la carta que, a diferencia de otras cantinas de los alrededores, sí que se vuelca en dar comidas frente a los tradicionales pinchos. «Metemos más horas que un reloj, pero es un trabajo agradecido», admiten. Aunque hay jornadas que los clientes se reducen a la mínima expresión, otras el ajetreo desde primera hora hasta el cierre es imparable.

Cazadores y turismo en autocaravana.

El incomparable marco natural en el que está enclavado Alarcia avala que sean muchos los burgaleses y forasteros que escogen este municipio para cazar todo tipo de piezas. Una vez que han completado su jornada, la mayoría eligen la cantina de Sandra y Fernando para reponer fuerzas.

El gran aparcamiento que hay al otro lado de la carretera de Pradoluengo a Ibeas es también un aliciente para los autocaravanistas, que encuentran en él todo tipo de servicios: desde cargadores eléctricos hasta enganches en los que reponer agua. Este servicio cuenta con todo lo que uno pueda llegar a imaginar.

Además, las grupetas de ciclistas que eligen esta ruta por la Demanda son también asiduas.