Cuando se inauguraron hace cincuenta años fueron unas instalaciones modélicas y casi únicas para una ciudad de tamaño medio como Burgos. Sin embargo, el paso del tiempo y las escasas inversiones realizadas desde entonces, concretadas en intervenciones en los campos de fútbol, pero despreciando el resto de necesidades, han pasado factura al complejo deportivo de los campos de fútbol de Pallafría. Básicamente porque, al igual que ocurría hace medio siglo, quienes  acuden cada fin de semana a estas instalaciones tienen los mismos problemas que en la década de los 70, pero en pleno 2024. En los 24 vestuarios para los equipos, pequeños y envejecidos, y en los de los árbitros solo hay agua caliente para el primer equipo que juega ese día (el termo no da más de sí) y en una ciudad como Burgos, con unas temperaturas heladoras durante los meses de invierno, solventar este problema es una urgencia que no se ha tratado como tal.

El Gobierno de coalición del PP y Vox parece decidido a sacar del olvido a estas instalaciones por las que cada fin de semana pasan, según estimaciones del concejal de Deportes, César Barriada, alrededor de 5.000 personas (entre jugadores, público, cuerpos técnicos, árbitros...). El Ayuntamiento quiere ser ambicioso y de ahí que vaya a destinar 158.000 euros a la redacción de un proyecto que han bautizado como el «nuevo Complejo Deportivo Pallafría de Burgos». Aunque será ese trabajo el que concretará las necesidades, en el Servicio Municipalizado de Deportes estiman que la inversión a realizar puede rondar los 6,3 millones de euros.

La idea es que ese proyecto reúna todas las posibles mejoras que necesita Pallafría y se centrará, fundamentalmente, en la construcción de nuevos vestuarios junto a los tres campos de hierba artificial y en la remodelación y ampliación de los 24 existentes, repartidos en cuatro edificios, junto a los otros seis campos (tres de ellos de fútbol siete). Se aprovechará también para renovar el inmueble destinado a la zona de oficinas y la cafetería.

El principal problema de Pallafría obedece a que las conducciones de gas natural no llegan hasta este rincón de la ciudad y llevarlas podría exigir un desembolso de alrededor de un millón de euros. Se apostará, por tanto, por la aerotermia o la geotermia y por las placas solares (suplementadas con la energía eléctrica) para poder garantizar el agua caliente a los futbolistas.

La inversión se asume que es imposible acometer de golpe, por lo que el planteamiento será ejecutarla por fases. Tanto porque es necesario repartir el esfuerzo económico en varios ejercicios como porque será obligado ir actuando en los vestuarios poco a poco para que se puedan seguir utilizando.

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